Me sentía efervescente, capaz de dispararme en cualquier momento. Tenía la agitación descontrolada de años jóvenes y el cielo era un campo de curiosidades, tan inalcanzable, como tentador. Soñaba con alejarme del mundo, liberar todos los colores que habitan mi cuerpo para dibujar sensaciones. Quería marcar distintos caminos, iluminar la mirada ajena; ser guía y mentor. Y aunque dediqué mi vida ansiando este momento, temía no poder disfrutarlo.
Venían pasadas las doce y en la esquina se escuchaba mucho bardo, andaban apuñados los borrachos con los alegres (como si el festejo fuese un mandato) y entre grito y carcajada, yo seguía regulando. Algunos estruendos me pusieron nervioso y alguna mirada habré tirado, un roce, un empujón y no faltó el boludo que embalado en su jolgorio se le escapó una de más. Una suma de entre dichos complicó el resto. Y yo que tengo mecha corta me encendí en un descuido, las palabras se hicieron humo y me disparé como un loco.
Todos estos nervios, toda esta carga contenida... ¡finalmente exploté! Subí tan alto que me alejé del mundo y en una lluvia de estrellas a colores iluminé la noche; pensar que viví creyendo que iba a ser un gran momento y pasó en un solo segundo.
Quizás gasté pólvora en chimangos.
miércoles, 30 de diciembre de 2009
sábado, 26 de diciembre de 2009
Inmature
De niño fui grande. Recibiéndome de rebelde al vencer mis propios limites.
Fui tiempo y presente. Desafío y reacción.
Y cansado de elegir, decidir y discriminar; me aburrí.
Hoy busco parte de lo que fui, destacando la inocencia como mérito y solo la curiosidad por lo que aún no existe me mantiene vivo.
De grande vuelvo a ser niño.
Fui tiempo y presente. Desafío y reacción.
Y cansado de elegir, decidir y discriminar; me aburrí.
Hoy busco parte de lo que fui, destacando la inocencia como mérito y solo la curiosidad por lo que aún no existe me mantiene vivo.
De grande vuelvo a ser niño.
viernes, 18 de diciembre de 2009
¿Puedo fingir que desconozco el final de esta historia?
Un día las cosas cambiaron de color y el color inundó mi paisaje.
Un día su sonrisa fue todo, todo y más que el sol.
Y por más que finja no reír, algo ríe en mi.
Tengo dos brillos y un roce de manos. Un baile de hombro a hombro y mil charlas filosóficas del amor.
Tengo horas de fantasías y un rato entre los dos.
Puedo distraerme para no pensar, perder el control. Puedo creer que el mundo es otro, que finalmente algo cambió... pero prefiero creer que es por vos.
Un día su sonrisa fue todo, todo y más que el sol.
Y por más que finja no reír, algo ríe en mi.
Tengo dos brillos y un roce de manos. Un baile de hombro a hombro y mil charlas filosóficas del amor.
Tengo horas de fantasías y un rato entre los dos.
Puedo distraerme para no pensar, perder el control. Puedo creer que el mundo es otro, que finalmente algo cambió... pero prefiero creer que es por vos.
Un lindo grupo de desconocidos
Lugares de mentira y engaño. Personas que no son, ladrones de guante blanco. Amantes esclavos, novios del amor.
Una vibración en aumento y el aire cálido se hace denso. Hace rato que el lugar había dejado de ser grato y la llamada sonaba a silencio.
Hace tiempo que viajo franco olvidando mis escudos, aunque como buen observador descubro el murmullo en la mirada; la desconfianza del guetto.
Sonrío y simulo, sigo el rumbo; mientras las miradas pierden el sentido de lo justo.
Pensar que alguna vez creí. Pensar que compartí más de lo que debía... y así caí en sus redes de ficciones, espejismos de amistad.
Hoy volví para seguir sonriendo, para abrazarnos por el tiempo perdido.
Pero esta vez, la vuelta, tiene sabor a arena entre los dientes.
Una vibración en aumento y el aire cálido se hace denso. Hace rato que el lugar había dejado de ser grato y la llamada sonaba a silencio.
Hace tiempo que viajo franco olvidando mis escudos, aunque como buen observador descubro el murmullo en la mirada; la desconfianza del guetto.
Sonrío y simulo, sigo el rumbo; mientras las miradas pierden el sentido de lo justo.
Pensar que alguna vez creí. Pensar que compartí más de lo que debía... y así caí en sus redes de ficciones, espejismos de amistad.
Hoy volví para seguir sonriendo, para abrazarnos por el tiempo perdido.
Pero esta vez, la vuelta, tiene sabor a arena entre los dientes.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
Amantes
Existe el guiño de mafia, la sonrisa abreviada y el pacto de saber y callar. Existe un lugar que nadie conoce, una esquina encorvada, un bar de grapa; un refugio para olvidar. Existen noches ausentes. Noches dispares. Noches cortas que alivian el sueño del actual; mientras jugamos a no jugar. Existen y se multiplican, son todas historias que empiezan para no terminar.
Fotograma
Diapositivas de un momento ajeno. Un acto reflejo, un recuerdo mal trecho. Una foto, un flash que empalidece. Un maquillaje que se borra, una careta deforme; una morisqueta no resuelta. Una sonrisa que compromete, una mueca falsa, una mirada que distrae. Un baile, una noche, un desliz.
Corte!
Corte!
Hechizo
La veo venir y esta igual, igual a como la dejé. Tiene el paso cansino, casi desparejo. Torpe al caminar.
Algo de ella viaja en el aire, se adelanta y me envuelve. Y la cuenta de tres, dos hechizos. Palabras como susurros y una neblina de miradas planean sobre algo confuso.
La veo venir y esta más linda que ayer. Tiene el paso sugestivo, un pequeño desdén entre el amor y el sexo. Una mirada me envuelve y a la cuenta de tres, dos hechizos, uno por mejilla. Un susurro y después.
Algo de ella viaja en el aire, se adelanta y me envuelve. Y la cuenta de tres, dos hechizos. Palabras como susurros y una neblina de miradas planean sobre algo confuso.
La veo venir y esta más linda que ayer. Tiene el paso sugestivo, un pequeño desdén entre el amor y el sexo. Una mirada me envuelve y a la cuenta de tres, dos hechizos, uno por mejilla. Un susurro y después.
Agujero Negro
Un momento entra en pausa y todo se congela.
Un vacío que hace aire, que te inquieta. Un vacío de preguntas.
Una angustia sobre vuela, cala hondo, hurga; raspa a su antojo.
Titila... sin siquiera una respuesta.
Agujeros del alma que perforan, que dañan e ignoran. Como la respiración que entristece y el silencio que incomoda.
Agujero negro que come como el olvido y que olvida como la memoria.
Agujero negro como una taza de café.
Un vacío que hace aire, que te inquieta. Un vacío de preguntas.
Una angustia sobre vuela, cala hondo, hurga; raspa a su antojo.
Titila... sin siquiera una respuesta.
Agujeros del alma que perforan, que dañan e ignoran. Como la respiración que entristece y el silencio que incomoda.
Agujero negro que come como el olvido y que olvida como la memoria.
Agujero negro como una taza de café.
viernes, 11 de diciembre de 2009
2 x 1
Dicen que entró solo y se sentó a esperar. Que tenía golosinas y chocolates como para regalar, que no miraba a nadie ni pretendía mirar. Sentando en medio de todos, a su lado sobraba un lugar.
Ellas se tocaban el pelo, nerviosas. Ellos preguntaban sin preguntar. Algunos chequeaban su invitación y confundían la interpretación; quizás dos por uno no era para dos y las caricias y los abrazos se escaparon del lugar.
De a poco cada uno quedó en su butaca.
A veces la tristeza es mas dura para el que le toca ver, como la incomodidad de los enamorados frente a la soledad.
Ellas se tocaban el pelo, nerviosas. Ellos preguntaban sin preguntar. Algunos chequeaban su invitación y confundían la interpretación; quizás dos por uno no era para dos y las caricias y los abrazos se escaparon del lugar.
De a poco cada uno quedó en su butaca.
A veces la tristeza es mas dura para el que le toca ver, como la incomodidad de los enamorados frente a la soledad.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Viajero
Escucho un tema y puedo viajar. Veo pasar el vaivén de los cables al costado del camino y es tan tentador romper el viento, bailar con las manos entre ondas y el espacio. A lo lejos el asfalto se hace laguna y los reflejos se desdibujan, mientras las nubes parecen ser el único punto fijo de este paisaje (quizás ella piense lo mismo de mí).
Sumo kilómetros y todavía no me fui.
Sumo kilómetros y todavía no me fui.
lunes, 7 de diciembre de 2009
Noticias a diario
Para mi el diario era una acumulación de monólogos y figuritas. Palabras impresas en papel que me cuentan historias y pocas de ellas tienen fin. Me hace conocer los nombres de personas que no interesan y que tampoco quiero conocer. Inunda charlas de café y sirve de insignia a la hora de prejuzgar un modo de pensar, como si ese pedazo de papel fuese fiel a una teoría sobre el mundo o una definición de vida.
Un día me tatué, me corte el pelo por vigésima vez y festejé con amigos. Salí, bailé y la conocí. De ahí en más agregué una S a todos los verbos y el camino se ensanchó para que entremos dos.
Cines, videos y comidas. Salidas, idas y venidas. Caricias, enojos y una última bienvenida para no dejarnos.
Hoy Olivia sale en el diario, adentro de un auto y con un hombre que no era yo. Dicen allegados que andaban en algo, que era frecuente verlos sentados hablando a poca voz. Ella tiene atadas las manos y el pecho ensangrentado. Él salpicó la ventanilla y olvidó atarse las zapatillas. Están mojados en la costa del río. En negrita y al pie de la fotografía hablan de celos y de traición.
Un día me tatué, me corte el pelo por vigésima vez y festejé con amigos. Salí, bailé y la conocí. De ahí en más agregué una S a todos los verbos y el camino se ensanchó para que entremos dos.
Cines, videos y comidas. Salidas, idas y venidas. Caricias, enojos y una última bienvenida para no dejarnos.
Hoy Olivia sale en el diario, adentro de un auto y con un hombre que no era yo. Dicen allegados que andaban en algo, que era frecuente verlos sentados hablando a poca voz. Ella tiene atadas las manos y el pecho ensangrentado. Él salpicó la ventanilla y olvidó atarse las zapatillas. Están mojados en la costa del río. En negrita y al pie de la fotografía hablan de celos y de traición.
miércoles, 2 de diciembre de 2009
Reales
A veces la realidad es lo más difícil de sobrellevar. Es como si soñaras con ser un gran artista y la única fan fuese tu ex. Ni siquiera la actual, tu ex... esa que un día te vio imperfecto y hoy, es tu fiel seguidora.
Realidad, como un detalle mínimo que todos ven. Como esa gente que tiene pequeños espejos para no verse o aquellos que se acostumbraron a un solo perfil para verse bien.
Realidades virtuales para ser como quisiéramos, para esconder lo que algunos tildaron de abominable y reprimir el instinto.
Aprender a ser lo que la mayoría disfruta. Lo bien visto. El ejemplo a seguir. Dinámico, activo, enérgico y emprendedor.
Ser perfecto y en busca de un ideal...
Y en este mismo silencio empecé a tener miedo de las palabras. Miedo al poder que encierran, porque son las mismas que logran un golpe a la vida o un desvío al abismo; y es sabido que la tristeza y el dolor en estos tiempos tienen mala prensa.
Quisiera aprender a ser viejo y aceptar el paso del tiempo.
Quisiera disfrutar la limitación de la edad y olvidar la nostalgia.
Cambiar la obsesión del éxito y aliviar el alma.
Realidad, como un detalle mínimo que todos ven. Como esa gente que tiene pequeños espejos para no verse o aquellos que se acostumbraron a un solo perfil para verse bien.
Realidades virtuales para ser como quisiéramos, para esconder lo que algunos tildaron de abominable y reprimir el instinto.
Aprender a ser lo que la mayoría disfruta. Lo bien visto. El ejemplo a seguir. Dinámico, activo, enérgico y emprendedor.
Ser perfecto y en busca de un ideal...
Y en este mismo silencio empecé a tener miedo de las palabras. Miedo al poder que encierran, porque son las mismas que logran un golpe a la vida o un desvío al abismo; y es sabido que la tristeza y el dolor en estos tiempos tienen mala prensa.
Quisiera aprender a ser viejo y aceptar el paso del tiempo.
Quisiera disfrutar la limitación de la edad y olvidar la nostalgia.
Cambiar la obsesión del éxito y aliviar el alma.
Mentira
No era un día para tomar decisiones. Aunque no pudiera controlar la verborragia y la incontinencia verbal me desbordaba sin piedad; no pude evitar tropezar con la misma piedra.
Me había creído todas mis mentiras y las otras también. Había dicho tres veces que no, para terminar en un si. Y habiéndome querido ir, me quedé.
No era mi elección, pero la variedad desmedida siempre me confunde, me limita; y la primera opción termina siendo la única.
Pude haber empezado por otro lado, cambiar el camino aunque sea una vez, pero no habría sido yo. Supongamos que lo hacía y cambiaba. Hubiera cambiado yo y nada volvería ser lo mismo.
Pero no fue así, caí en la misma rutina.
Creo haberme reído, pienso que me divertí. Bebí tratando de esconder alguna que otra palabra y me volví a confundir. Me enredé, trastabillé y caí en esta rutina.
Juro que ayer fue la última vez y para que me creas, es lo único que te voy a decir.
Me había creído todas mis mentiras y las otras también. Había dicho tres veces que no, para terminar en un si. Y habiéndome querido ir, me quedé.
No era mi elección, pero la variedad desmedida siempre me confunde, me limita; y la primera opción termina siendo la única.
Pude haber empezado por otro lado, cambiar el camino aunque sea una vez, pero no habría sido yo. Supongamos que lo hacía y cambiaba. Hubiera cambiado yo y nada volvería ser lo mismo.
Pero no fue así, caí en la misma rutina.
Creo haberme reído, pienso que me divertí. Bebí tratando de esconder alguna que otra palabra y me volví a confundir. Me enredé, trastabillé y caí en esta rutina.
Juro que ayer fue la última vez y para que me creas, es lo único que te voy a decir.
viernes, 27 de noviembre de 2009
Sigo cansado
Cansado de estar perdido, de no encontrar un lugar. Cansado de mirar afuera, de distraer la mirada para no pensar. De dar vueltas en fiestas, manzanas; veredas y veredas.
Cansado de la ayuda milagrosa, de la droga perfecta que te hace escuchar la hilera de palabras sin sentido y te agrega felicidad.
Cansado de la mirada rencorosa al corazón. De la caricia fría que no te quiere. Del dialogo de mentira, de la sordera; de la coquetería banal.
Cansado de llamarte para no hablar. De esconderme en vos para huir de mí.
Sigo, creyendo que existe una salida, que un día todo puede cambiar. Sigo porque dicen que hay que seguir.
Sigo buscando lo que no conozco... quizás por eso sigo perdido.
Cansado de la ayuda milagrosa, de la droga perfecta que te hace escuchar la hilera de palabras sin sentido y te agrega felicidad.
Cansado de la mirada rencorosa al corazón. De la caricia fría que no te quiere. Del dialogo de mentira, de la sordera; de la coquetería banal.
Cansado de llamarte para no hablar. De esconderme en vos para huir de mí.
Sigo, creyendo que existe una salida, que un día todo puede cambiar. Sigo porque dicen que hay que seguir.
Sigo buscando lo que no conozco... quizás por eso sigo perdido.
lunes, 23 de noviembre de 2009
Volverse loco
Un día me volví loco y dejé de entender lo que era normal. Descubrí que vivíamos apilados; que pisamos y respiramos cemento. Todo lo pintamos con colores que imitan lo natural (verde loro; azul cielo... ¿gris nube?). Nos alienamos diariamente con ondas ultra violetas, bocinas, alarmas; frenadas, motores y gritos. Nos apuñamos, nos ignoramos y nos creemos mucho más de lo que somos por el mero hecho de pensar.
Y pensar, cada día cuesta más.
Pensar parece una perdida de tiempo, un lujo para pocos y hasta un milagro para alguno.
Puede que elija volverme loco todos los días, huir de a ratos de esta realidad.
Puede que elija o que deje de pensar.
Y pensar, cada día cuesta más.
Pensar parece una perdida de tiempo, un lujo para pocos y hasta un milagro para alguno.
Puede que elija volverme loco todos los días, huir de a ratos de esta realidad.
Puede que elija o que deje de pensar.
viernes, 20 de noviembre de 2009
Campo de sueños
Queriendo bajarme del mundo me hundí en la profundidad del trigal. Viajé recorriendo el camino del cielo, viviendo el infinito; hundiéndome en un recuerdo.
Usé distancias y kilómetros alejándome un poco más de mí. Hurgué en los rincones sin memoria, escarbé las miserias ajenas y en los restos de una pelea aprendí a sobrevivir.
Me alejé hasta encontrarme solo... y ahí estábamos él y yo, mirando el mismo cielo, conformándonos con un poco de silencio mental.
Sentí pena por él, viejo y solitario, mirando siempre el mismo sol; contemplando el horizonte monótono y apenas distraído con el vuelo fugaz de una estrella. Sentí pena, pero esa noche éramos dos mirando el mismo cielo y el vuelo fugaz se evaporó.
Anclado fuera del mundo busco un cartel de bienvenida, un lugar que se parezca a mí.
Usé distancias y kilómetros alejándome un poco más de mí. Hurgué en los rincones sin memoria, escarbé las miserias ajenas y en los restos de una pelea aprendí a sobrevivir.
Me alejé hasta encontrarme solo... y ahí estábamos él y yo, mirando el mismo cielo, conformándonos con un poco de silencio mental.
Sentí pena por él, viejo y solitario, mirando siempre el mismo sol; contemplando el horizonte monótono y apenas distraído con el vuelo fugaz de una estrella. Sentí pena, pero esa noche éramos dos mirando el mismo cielo y el vuelo fugaz se evaporó.
Anclado fuera del mundo busco un cartel de bienvenida, un lugar que se parezca a mí.
martes, 17 de noviembre de 2009
Penumbra
El tiempo corre a gran velocidad, las noches me quedan cortas y los deseos se hunden en la laguna mental. Nada alcanza, nada es suficiente. Ya no puedo volar. Mis alas parecen romperse y son tantas las noches que prefiero esconderme, olvidarme en la demencia.
Los recovecos oscuros y sombríos. La penumbra. La niebla. La distancia confusa; todo se hace verbo, mientras la soledad se hace carne y el eco rumiante de mis latidos pierde el esfuerzo con las mismas ganas que entrego el destino.
Ciego, viejo y sin memoria creyó ser hombre, creyó los cuentos que en sus noches había oído, creyó cada uno de sus sueños y en dos notas se mintió a sí mismo.
Sin fabulas ni escritos, fue rata y estuvo vivo. Fue parte y fue testigo. Sin palabras para entenderlo cayó en el olvido.
Párrafo extraído de "El libro que jamás existió" (Emiliano Rovira) -2004-
Los recovecos oscuros y sombríos. La penumbra. La niebla. La distancia confusa; todo se hace verbo, mientras la soledad se hace carne y el eco rumiante de mis latidos pierde el esfuerzo con las mismas ganas que entrego el destino.
Ciego, viejo y sin memoria creyó ser hombre, creyó los cuentos que en sus noches había oído, creyó cada uno de sus sueños y en dos notas se mintió a sí mismo.
Sin fabulas ni escritos, fue rata y estuvo vivo. Fue parte y fue testigo. Sin palabras para entenderlo cayó en el olvido.
Párrafo extraído de "El libro que jamás existió" (Emiliano Rovira) -2004-
viernes, 13 de noviembre de 2009
Estamos solos
En definitiva estamos solos. Vinimos para estar (vaya uno a saber por qué) en ambientes carentes de sentido.
Sentimos y el mundo gira con otro sentido. Percibimos desde la individualidad y el todo nos supera abismal y salvajemente.
Vivimos en busca de una sensación que no podemos describir, asumiendo tareas que nos distraen del camino que creíamos seguir.
Nos encontramos, nos miramos y todo empieza otra vez; algo nos aleja del entorno y volvemos a ser uno en dos. Estamos solos y el mundo gira a nuestra disposición, todo cobra sentido y esa sensación lleva tu nombre.
Sentimos y el mundo gira con otro sentido. Percibimos desde la individualidad y el todo nos supera abismal y salvajemente.
Vivimos en busca de una sensación que no podemos describir, asumiendo tareas que nos distraen del camino que creíamos seguir.
Nos encontramos, nos miramos y todo empieza otra vez; algo nos aleja del entorno y volvemos a ser uno en dos. Estamos solos y el mundo gira a nuestra disposición, todo cobra sentido y esa sensación lleva tu nombre.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
Si supieras
Si supieras que cada palabra en el aire es manera de hablarte.
Que cada emoción que encuentro tiene un principio en vos.
Que la distancia no hace más que acercarme y el silencio es parte del complot.
Si supieras que te llevo conmigo donde sea que vaya.
Que una parte de mí, siempre, viaja en vos.
Si supieras que tengo el orgullo de tenerte.
Y que muchas veces es más grande el temor a perderte.
Si supieras todo lo que siento... decirte te quiero seria una boludes.
Para mi Abu, Mimi y para "vos"
Que cada emoción que encuentro tiene un principio en vos.
Que la distancia no hace más que acercarme y el silencio es parte del complot.
Si supieras que te llevo conmigo donde sea que vaya.
Que una parte de mí, siempre, viaja en vos.
Si supieras que tengo el orgullo de tenerte.
Y que muchas veces es más grande el temor a perderte.
Si supieras todo lo que siento... decirte te quiero seria una boludes.
Para mi Abu, Mimi y para "vos"
viernes, 6 de noviembre de 2009
500 dias
No fue conmigo. No encontró a mi lado el lugar donde quedarse a mirar el mundo y los quinientos días del verano se perdieron con el viento.
Hace tiempo viajo vagabundo con ecos que atormentan. Y enredado en mis quinientos alucino bienvenidas. Veo sus ojos en las miradas perdidas y tatuado con espinas oculto mis heridas.
Busco enlace, un cable a tierra.
Busco ideas que curen.
Busco un parche, un consuelo.
Y por mas que intento alejarme la ciudad sigue siendo la misma, las veredas hablan de ella a escondidas y las grandes vidrieras, todavía, nos ven pasar.
Que sera de mis quinientos días y de los miles que quedan por andar.
Hace tiempo viajo vagabundo con ecos que atormentan. Y enredado en mis quinientos alucino bienvenidas. Veo sus ojos en las miradas perdidas y tatuado con espinas oculto mis heridas.
Busco enlace, un cable a tierra.
Busco ideas que curen.
Busco un parche, un consuelo.
Y por mas que intento alejarme la ciudad sigue siendo la misma, las veredas hablan de ella a escondidas y las grandes vidrieras, todavía, nos ven pasar.
Que sera de mis quinientos días y de los miles que quedan por andar.
Ali Baba y abajo tambien
No me gusta compartir ascensor. Prefiero viajar solo, haciendo caras frente al espejo o buscando perfiles extraños; marcando los dedos en la pared. Me gusta pegar chicles entre piso y piso o esconder boletos con la extraña manía de volver a buscarlos un día después. Aunque la mayor desilusión es saber que la gente limpia lo que ve y lo escondido vive la eternidad con disimulo.
Existe un boleto que vive en la calle Acoyte altura setenta y seis, lo dejé en el primer ascensor viniendo desde la puerta de calle, esta incrustado entre el tablero y el panel superior desde Marzo del dos mil seis.
Hace un par de meses volví y sigue ahí, amarillento, gastado, machucado y enrolladito; apenas se lee la fecha y el número de interno; pero se que era un colectivo de la linea 86 que una mañana de lluvia me dejo por ahí.
Empiezo a creer que su permanencia en el éter produzca algún cambio en su fisonomía. Quizás mute a mariposa o colibrí y cuando vuelva otra tarde a su encuentro, solo queden los restos de un alpiste gastado o la pelusa de larva incubadora de mariposas.
En el peor de los casos se fundirá con el bronce hasta desaparecer. Quizás y tampoco lo sé.
Por eso me gusta viajar solo en ascensor, cómo explico que paso a saludar boletos que alguna vez escondí.
Existe un boleto que vive en la calle Acoyte altura setenta y seis, lo dejé en el primer ascensor viniendo desde la puerta de calle, esta incrustado entre el tablero y el panel superior desde Marzo del dos mil seis.
Hace un par de meses volví y sigue ahí, amarillento, gastado, machucado y enrolladito; apenas se lee la fecha y el número de interno; pero se que era un colectivo de la linea 86 que una mañana de lluvia me dejo por ahí.
Empiezo a creer que su permanencia en el éter produzca algún cambio en su fisonomía. Quizás mute a mariposa o colibrí y cuando vuelva otra tarde a su encuentro, solo queden los restos de un alpiste gastado o la pelusa de larva incubadora de mariposas.
En el peor de los casos se fundirá con el bronce hasta desaparecer. Quizás y tampoco lo sé.
Por eso me gusta viajar solo en ascensor, cómo explico que paso a saludar boletos que alguna vez escondí.
miércoles, 28 de octubre de 2009
Para Pablito
Tuvo una vida corta. Murió sin conocer los ciclos de la desilusión. Se fue con la imagen de unos padres fuertes y eternos, desconociendo el peso de la enfermedad y el paso inevitable del tiempo. Viajó sin escalas al destino que todos tememos.
Vivió con la intensidad de su juventud y en un zigzag, en ese pequeño flash, descubrió el paso efímero de la vida y en la muerte se evaporó; se fundió con lo natural para terminar invisible. Se camufló en los buenos recuerdos, se vistió de historia para poblar las mejores anécdotas; y hasta surcó los mares que jamás nombró.
Se fue sin canciones, sin llamadas ni cartas de despedida. Se fue opacando el sol rojizo de ese día. Se fue en el silbido leve del viento en mi ventanilla.
Se fue y apenas volvió para acercarme un relato a escondidas.
Vivió con la intensidad de su juventud y en un zigzag, en ese pequeño flash, descubrió el paso efímero de la vida y en la muerte se evaporó; se fundió con lo natural para terminar invisible. Se camufló en los buenos recuerdos, se vistió de historia para poblar las mejores anécdotas; y hasta surcó los mares que jamás nombró.
Se fue sin canciones, sin llamadas ni cartas de despedida. Se fue opacando el sol rojizo de ese día. Se fue en el silbido leve del viento en mi ventanilla.
Se fue y apenas volvió para acercarme un relato a escondidas.
martes, 27 de octubre de 2009
Malas Influencias
De real y de confuso construyo sin piedad.
Es hermosa, es lo único que sé. Proyecta mil imágenes en mi cabeza, se proyecta desde la belleza; se inmortaliza. Delgada casi contorsionista, se enreda con tanta suavidad. Algo en ella me taladra la cabeza. La imagino perfecta, sonriente; inteligente, callada e intelectual. Predispuesta, inmaculada, utópica; ideal.
Actúa en veinte películas con el gesto preciso y el brillo de sus ojos vive en el primer plano que se congela en los míos. Sigo el hechizo y la busco en cada estreno, impecable, perverso; inmoral. Vivo el hechizo de idealizar a quien no conozco.
A pie el mundo se hace lento y aunque mis ojos vean cada uno de sus gestos, al tacto nada es terciopelo.
Es hermosa, es lo único que sé. Proyecta mil imágenes en mi cabeza, se proyecta desde la belleza; se inmortaliza. Delgada casi contorsionista, se enreda con tanta suavidad. Algo en ella me taladra la cabeza. La imagino perfecta, sonriente; inteligente, callada e intelectual. Predispuesta, inmaculada, utópica; ideal.
Actúa en veinte películas con el gesto preciso y el brillo de sus ojos vive en el primer plano que se congela en los míos. Sigo el hechizo y la busco en cada estreno, impecable, perverso; inmoral. Vivo el hechizo de idealizar a quien no conozco.
A pie el mundo se hace lento y aunque mis ojos vean cada uno de sus gestos, al tacto nada es terciopelo.
lunes, 26 de octubre de 2009
Te soñé
No se quién fui a la luz de sus ojos. Apenas era cuando la conocí.
En sueños descubro parte de sus recuerdos, siento como me escuchaba, como percibía lo que no alcanzaba a decir. Veo el modo de quererme, la paciencia de su amor.
Hoy me desperté tomándola de la mano, ella allá y yo interpretando lo que no pude interpretar. Seguro habremos viajado juntos, aunque sea ese rato, tomados y mirando al sol. Fuimos felices en ese lapso; en este otro tiempo que se oculta en los recovecos de mi memoria. Ella sonreía y para mi era el mejor recuerdo, el mejor presente.
En sueños descubro parte de sus recuerdos, siento como me escuchaba, como percibía lo que no alcanzaba a decir. Veo el modo de quererme, la paciencia de su amor.
Hoy me desperté tomándola de la mano, ella allá y yo interpretando lo que no pude interpretar. Seguro habremos viajado juntos, aunque sea ese rato, tomados y mirando al sol. Fuimos felices en ese lapso; en este otro tiempo que se oculta en los recovecos de mi memoria. Ella sonreía y para mi era el mejor recuerdo, el mejor presente.
Probabilidades
Cruce de esquinas, van y vienen autos y personas. Mucho ruido y pocas palabras. Los miro y me miran; titila la señal del peatón y en todos esos minutos de espera, los números se multiplican. Las edades oscilan. Algunos con barba, otros con pelos largos; cortos y afeitados; algunas maquilladas; otras con polleras, botas o sandalias. Bolsas, carteras, mochilas, morrales; zapatos y zapatillas. Los colores parecen ser los mismos, pero son todos distintos. Algunos tiene frío. Se miran y los miro. Abunda la desconfíanza y en ese refilón de costado que estudia más de lo que piensa, se esconden. Ese mismo refilón capaz de medir el tamaño exacto de un pecho envuelto en un corpiño tapado por un tímido escote. Esa misma mirada que avala una conquista o sepulta cualquier intento de buena educación.
La señal de stop se congela y obligados a esperar, se acurrucan en la esquina; mientras las ansiedades se apiñan aparecen los roces; las disculpas fingidas, las pequeñas muecas disfrazadas de sonrisa; los pensamientos cortos, los detalles del otro. Las miradas obscenas, los deseos ocultos.
El tránsito denso, espero y continúo. Las bocinas.
Todos van y vienen. Antes, ahora y después. Comen, beben, hablan. Se distraen, simulan; desean, ocultan. Una y otra vez, antes, ahora y después. Algunos cojen con la mirada. Se buscan, provocan, se enredan en miradas; se muerden los labios, rozan y vuelven a mirar. Tocan al pasar, se confunden, se distraen. Se vuelven a observar.
Piensan... y el juego termina.
Los hierros enfilados se detienen y la señal de stop se apaga, los números se esfuman y las probabilidades desaparecen.
Vamos y venimos, nos cruzamos, simulamos perdernos en nuestro camino. Miramos baldosas y zapatos. Pisamos los charcos esquivando la basura y seguimos.
La señal de stop se congela y obligados a esperar, se acurrucan en la esquina; mientras las ansiedades se apiñan aparecen los roces; las disculpas fingidas, las pequeñas muecas disfrazadas de sonrisa; los pensamientos cortos, los detalles del otro. Las miradas obscenas, los deseos ocultos.
El tránsito denso, espero y continúo. Las bocinas.
Todos van y vienen. Antes, ahora y después. Comen, beben, hablan. Se distraen, simulan; desean, ocultan. Una y otra vez, antes, ahora y después. Algunos cojen con la mirada. Se buscan, provocan, se enredan en miradas; se muerden los labios, rozan y vuelven a mirar. Tocan al pasar, se confunden, se distraen. Se vuelven a observar.
Piensan... y el juego termina.
Los hierros enfilados se detienen y la señal de stop se apaga, los números se esfuman y las probabilidades desaparecen.
Vamos y venimos, nos cruzamos, simulamos perdernos en nuestro camino. Miramos baldosas y zapatos. Pisamos los charcos esquivando la basura y seguimos.
martes, 20 de octubre de 2009
Testigo
Un sellador, un creador de muros (un pequeño dictador jugando con la vida de otros, una guerra de muñecos sangrantes. Destinos que se cortan y las personas se mueren porque sí... bajo el pulgar de un diabólico. En la cabeza de un infeliz)
Una barra distante del mundo (para mantener la misma mirada, para enseñar la desgracia sin miedo, para señalar el fracaso ajeno y sentir la fuga del amor)
Una distancia a tu piel (...fingiendo perderte. Engañando a mi suerte. Creyéndome fuerte fingiendo perderte, engañando a mi suerte; creyéndome...)
Un vacío de latidos (un momento de paz, ser sin recuerdos)
Un silencio a mi cabeza (un bosque sin árboles, un mar sin sal; un techo de cielo y un sueño real)
Un freno de razones (sin una sola verdad)
Un aislante de cromosomas (enredando las calles sin nombre, confundiendo los mapas, manchando tus cartas; volviendo a sangrar)
Un sedante para los huecos del alma (karma)
Un sellador, un creador de muros.
Una barra distante del mundo.
Una distancia a tu piel.
Un vacío de latidos.
Un silencio a mi cabeza.
Un freno de razones.
Un aislante de cromosomas.
Un sedante para mi alma.
Una barra distante del mundo (para mantener la misma mirada, para enseñar la desgracia sin miedo, para señalar el fracaso ajeno y sentir la fuga del amor)
Una distancia a tu piel (...fingiendo perderte. Engañando a mi suerte. Creyéndome fuerte fingiendo perderte, engañando a mi suerte; creyéndome...)
Un vacío de latidos (un momento de paz, ser sin recuerdos)
Un silencio a mi cabeza (un bosque sin árboles, un mar sin sal; un techo de cielo y un sueño real)
Un freno de razones (sin una sola verdad)
Un aislante de cromosomas (enredando las calles sin nombre, confundiendo los mapas, manchando tus cartas; volviendo a sangrar)
Un sedante para los huecos del alma (karma)
Un sellador, un creador de muros.
Una barra distante del mundo.
Una distancia a tu piel.
Un vacío de latidos.
Un silencio a mi cabeza.
Un freno de razones.
Un aislante de cromosomas.
Un sedante para mi alma.
domingo, 18 de octubre de 2009
Palabras equívocas
Hace unos años (casi treinta) que no encuentro la palabra precisa. Hablo por aproximación, corro mentalmente queriendo resolver frases tontas, astutas y rebuscadas: pero después de unos segundos entiendo que se hablaba de otra cosa... a tal punto que empiezo a creer que siento, percibo y respiro por aproximación.
Me acordé de las discusiones, el desamor, las frustraciones, las peleas y las reconciliaciones; los delirios, los entredichos, las confusiones... ¿habré participado a destiempo? Quizás fui parte de un espacio paralelo girando a otra velocidad, quizás más rápido, quizás más lento; intermitente...seguramente intermitente.
Pensar que basé mi vida en palabras confusas, construí realidades y las sostuve con el mayor de los esfuerzos (con razón el agotamiento desmedido). Cuánto más fácil hubiera sido emitir sonidos circunstanciales, como los de una rata peleándose y esperar... hubiera sido igual de confuso, pero más divertido.
Tal vez el mundo es siempre igual, algo así como un toc-toc sonando hasta el infinito y la percepción de la percepción, de la percepción complica e interpreta lo que no tiene sentido.
Quiero aprender a hablar sin palabras. Acciones y símbolos. Que el ruido sea natural como las olas del mar o la lluvia cayendo del cielo. Quiero mirarte a los ojos y olvidarme de entender, dejar que seas quién seas y viajar a través del tiempo como un sonido infinito.
No preguntes por qué...
Me acordé de las discusiones, el desamor, las frustraciones, las peleas y las reconciliaciones; los delirios, los entredichos, las confusiones... ¿habré participado a destiempo? Quizás fui parte de un espacio paralelo girando a otra velocidad, quizás más rápido, quizás más lento; intermitente...seguramente intermitente.
Pensar que basé mi vida en palabras confusas, construí realidades y las sostuve con el mayor de los esfuerzos (con razón el agotamiento desmedido). Cuánto más fácil hubiera sido emitir sonidos circunstanciales, como los de una rata peleándose y esperar... hubiera sido igual de confuso, pero más divertido.
Tal vez el mundo es siempre igual, algo así como un toc-toc sonando hasta el infinito y la percepción de la percepción, de la percepción complica e interpreta lo que no tiene sentido.
Quiero aprender a hablar sin palabras. Acciones y símbolos. Que el ruido sea natural como las olas del mar o la lluvia cayendo del cielo. Quiero mirarte a los ojos y olvidarme de entender, dejar que seas quién seas y viajar a través del tiempo como un sonido infinito.
No preguntes por qué...
viernes, 16 de octubre de 2009
Nostalgia
Hoy me miré fijo a los ojos y descubrí el diminuto tamaño de mi insulso corazón.
Dicen que late aunque duerma, que bombea mientras pienso o camino. Dicen que es el motor esencial de la vida; pero una serie de certezas me llevan a pensar lo contrario.
El mio no late, no suena.
A veces siento que se exalta pero solo lo hace en contextos extraños, difusos; situaciones que exceden cualquier parámetro de medición normal.
El único dato de su presencia es la "nostalgia" (palabra chota que me encanta pronunciar), una palabra que sinceramente no dice nada; pero para los que leen pavadas y les gusta el tango, las calles empedradas; la lluvia de cielo negro y el café fuerte... para esos la palabra "nostalgia" dice algo.
Quise decir que para la tristeza de los recuerdos el dolor físico encuentra un solo lugar y a ciencia cierta, no se si es exacto, pero es ahí. El espasmo concreto aparece como una contracción muscular que acalambre el aire en los pulmones. Y a ese que llaman corazón se le acaban las ganas de ponerle pilas a la vida y se queda estupefacto. Me mira asombrado (te juro que me mira) el flaco se da vuelta todo acuoso y morado y me mira... y ahí entiendo todo. Puede ser una canción, un perfume, una imagen, puede ser cualquier cosa; porque todas las cosas tienen algo de ella y la extraña teoría de que el mundo empezó a girar el día que abrió sus ojos comienza a tomar fuerza. Mientras seguiremos cayendo en el virus de su amor, porque todos giramos a su alrededor creyendo que descubrimos el pétalo más hermoso haciéndonos únicos e irrepetibles. Pero para ella el deja vu es eterno y en tus ojos ve siempre la misma película que comienza y termina en el mismo lugar.
Será que desde ese tiempo desconfío del amor.
Espero que esto quede entre nosotros porque los que aman no toleran el desamor y mucho menos la tristeza nostálgica de un corazón que no late.
Dicen que late aunque duerma, que bombea mientras pienso o camino. Dicen que es el motor esencial de la vida; pero una serie de certezas me llevan a pensar lo contrario.
El mio no late, no suena.
A veces siento que se exalta pero solo lo hace en contextos extraños, difusos; situaciones que exceden cualquier parámetro de medición normal.
El único dato de su presencia es la "nostalgia" (palabra chota que me encanta pronunciar), una palabra que sinceramente no dice nada; pero para los que leen pavadas y les gusta el tango, las calles empedradas; la lluvia de cielo negro y el café fuerte... para esos la palabra "nostalgia" dice algo.
Quise decir que para la tristeza de los recuerdos el dolor físico encuentra un solo lugar y a ciencia cierta, no se si es exacto, pero es ahí. El espasmo concreto aparece como una contracción muscular que acalambre el aire en los pulmones. Y a ese que llaman corazón se le acaban las ganas de ponerle pilas a la vida y se queda estupefacto. Me mira asombrado (te juro que me mira) el flaco se da vuelta todo acuoso y morado y me mira... y ahí entiendo todo. Puede ser una canción, un perfume, una imagen, puede ser cualquier cosa; porque todas las cosas tienen algo de ella y la extraña teoría de que el mundo empezó a girar el día que abrió sus ojos comienza a tomar fuerza. Mientras seguiremos cayendo en el virus de su amor, porque todos giramos a su alrededor creyendo que descubrimos el pétalo más hermoso haciéndonos únicos e irrepetibles. Pero para ella el deja vu es eterno y en tus ojos ve siempre la misma película que comienza y termina en el mismo lugar.
Será que desde ese tiempo desconfío del amor.
Espero que esto quede entre nosotros porque los que aman no toleran el desamor y mucho menos la tristeza nostálgica de un corazón que no late.
miércoles, 14 de octubre de 2009
El extraño romance del ego y la soberbia
Por naturaleza nací desconfiado, aunque peco de inocente y solo aprendo topándome tres veces con la misma piedra. Siempre leo entre líneas, adornando la paranoia y alimentando una seudo esquizofrenia que potencia extrañas charlas de cocina con grandes pensadores, autoritarios y fachistoides, que avalan grandes opresiones desifrazadas de idílicos avances sociales.
Me enojo y pataleo, discuto y me enfurezco porque conozco el modo de tocar los sueños, pero siempre caigo en mi propia trampa... son pocas las veces que piso el suelo con ambos pies.
Tuve un momento de lucidez y necesite escribirlo con inmediatez, temiendo lo peor (que se pierda en la nada de mi memoria)
Entendí la clave de mi problema: Nací en un país de Boludos y pensar es otro modo de sufrir.
De a poco vuelvo a entender que el mundo es la simpleza de ver la lluvia caer, la sonrisa frente al sol sintiendo el pasto crecer y recorrer a duras penas el trayecto de la Luna; sin poder comprender la diferencia entre satelíte y sol de noche.
Cada mañana ansío despertarme en la gran masa y dejarme llevar, perderme en la multitud y dejar de sentir la opresión en el pecho sabiendo que este es un juego de pocos; ansío seguir la rutina silenciosa amoldado al destino, con el tiempo ajustado y preciso y con la urgencia de cumplir las obligaciones de terceros. Deseo reírme de las "vivezas" de los políticos y los programas humoristicos del televisor. Vivir pendiente del largo de una pollera y de la toma indiscreta de la cámara en un show. Quiero disfrutar la realidad y conformamrme con vivir lo que me dejen vivir. Mientras siguen llegando inocentes a un mundo digitado por dos o tres.
Me enojo y pataleo, discuto y me enfurezco porque conozco el modo de tocar los sueños, pero siempre caigo en mi propia trampa... son pocas las veces que piso el suelo con ambos pies.
Tuve un momento de lucidez y necesite escribirlo con inmediatez, temiendo lo peor (que se pierda en la nada de mi memoria)
Entendí la clave de mi problema: Nací en un país de Boludos y pensar es otro modo de sufrir.
De a poco vuelvo a entender que el mundo es la simpleza de ver la lluvia caer, la sonrisa frente al sol sintiendo el pasto crecer y recorrer a duras penas el trayecto de la Luna; sin poder comprender la diferencia entre satelíte y sol de noche.
Cada mañana ansío despertarme en la gran masa y dejarme llevar, perderme en la multitud y dejar de sentir la opresión en el pecho sabiendo que este es un juego de pocos; ansío seguir la rutina silenciosa amoldado al destino, con el tiempo ajustado y preciso y con la urgencia de cumplir las obligaciones de terceros. Deseo reírme de las "vivezas" de los políticos y los programas humoristicos del televisor. Vivir pendiente del largo de una pollera y de la toma indiscreta de la cámara en un show. Quiero disfrutar la realidad y conformamrme con vivir lo que me dejen vivir. Mientras siguen llegando inocentes a un mundo digitado por dos o tres.
Desconfio
Por naturaleza nací desconfiado, aunque peco de inocente y solo aprendo topándome tres veces con la misma piedra. Siempre leo entre líneas, adornando la paranoia y alimentando una seudo esquizofrenia que potencia extrañas charlas de cocina con grandes pensadores, autoritaristas y faschistoides, que avalan grandes opresiones disfrazadas de idílicos avances sociales.
Me enojo y pataleo, discuto y me enfurezco porque conozco el modo de tocar los sueños, pero caigo en mi propia trampa porque son pocas las veces que piso el suelo con ambos pies.
Nací en un país de boludos y pensar es otro modo de sufrir.
De a poco vuelvo a entender que el mundo es ver la lluvia, la sonrisa frente al sol sintiendo; oler el pasto húmedo y recorrer a duras penas el trayecto de la luna.
viernes, 2 de octubre de 2009
Encajas
Hace dos años que vivo entre cajas; siempre creyendo que estoy por irme a otro lugar. A duras penas encontré un cajón para las medias, aunque vivan la mitad de la semana embolsadas en el camino cíclico del departamento y el lavadero.
Existe un plan, como también existe el equilibrio del mundo; pero en ambos casos una pavada puede más que mil razones.
Me enloquezco y en el desorden de las construcciones deformes de cartón, un cimbronazo de martillos errando a los clavos provocan el terremoto que altera mis puntos neurálgicos. Pero existe la constante posibilidad de un viaje del cual todavía no tengo pasaje y tampoco sé si pueda volver.
Es por eso que vivo cansado y cuando duermo prefiero soñar.
En algunos sueños mi vida encuentra un camino paralelo y a modo de reflejo, curiosamente, los personajes son los mismos. Hablan e interactúan hasta el hartazgo y cansado de escuchar consejos opte por encontrar soluciones, es por eso que busco respuestas en el televisor... a veces aparecen entre diálogos pequeñas frases, pequeñas verdades. Y como si fuese un truco de magia, sin pies ni cabeza, se convierten en maravillosas respuestas, que jamás me atrevería a preguntar.
Aunque todavia no logro descifrar si lo leí o lo soñé.
Existe un plan, como también existe el equilibrio del mundo; pero en ambos casos una pavada puede más que mil razones.
Me enloquezco y en el desorden de las construcciones deformes de cartón, un cimbronazo de martillos errando a los clavos provocan el terremoto que altera mis puntos neurálgicos. Pero existe la constante posibilidad de un viaje del cual todavía no tengo pasaje y tampoco sé si pueda volver.
Es por eso que vivo cansado y cuando duermo prefiero soñar.
En algunos sueños mi vida encuentra un camino paralelo y a modo de reflejo, curiosamente, los personajes son los mismos. Hablan e interactúan hasta el hartazgo y cansado de escuchar consejos opte por encontrar soluciones, es por eso que busco respuestas en el televisor... a veces aparecen entre diálogos pequeñas frases, pequeñas verdades. Y como si fuese un truco de magia, sin pies ni cabeza, se convierten en maravillosas respuestas, que jamás me atrevería a preguntar.
Aunque todavia no logro descifrar si lo leí o lo soñé.
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