miércoles, 30 de diciembre de 2009

Jorge Newbery y Migueletes

Me sentía efervescente, capaz de dispararme en cualquier momento. Tenía la agitación descontrolada de años jóvenes y el cielo era un campo de curiosidades, tan inalcanzable, como tentador. Soñaba con alejarme del mundo, liberar todos los colores que habitan mi cuerpo para dibujar sensaciones. Quería marcar distintos caminos, iluminar la mirada ajena; ser guía y mentor. Y aunque dediqué mi vida ansiando este momento, temía no poder disfrutarlo.
Venían pasadas las doce y en la esquina se escuchaba mucho bardo, andaban apuñados los borrachos con los alegres (como si el festejo fuese un mandato) y entre grito y carcajada, yo seguía regulando. Algunos estruendos me pusieron nervioso y alguna mirada habré tirado, un roce, un empujón y no faltó el boludo que embalado en su jolgorio se le escapó una de más. Una suma de entre dichos complicó el resto. Y yo que tengo mecha corta me encendí en un descuido, las palabras se hicieron humo y me disparé como un loco.
Todos estos nervios, toda esta carga contenida... ¡finalmente exploté! Subí tan alto que me alejé del mundo y en una lluvia de estrellas a colores iluminé la noche; pensar que viví creyendo que iba a ser un gran momento y pasó en un solo segundo.
Quizás gasté pólvora en chimangos.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Inmature

De niño fui grande. Recibiéndome de rebelde al vencer mis propios limites.
Fui tiempo y presente. Desafío y reacción.
Y cansado de elegir, decidir y discriminar; me aburrí.
Hoy busco parte de lo que fui, destacando la inocencia como mérito y solo la curiosidad por lo que aún no existe me mantiene vivo.
De grande vuelvo a ser niño.

viernes, 18 de diciembre de 2009

¿Puedo fingir que desconozco el final de esta historia?

Un día las cosas cambiaron de color y el color inundó mi paisaje.
Un día su sonrisa fue todo, todo y más que el sol.
Y por más que finja no reír, algo ríe en mi.
Tengo dos brillos y un roce de manos. Un baile de hombro a hombro y mil charlas filosóficas del amor.
Tengo horas de fantasías y un rato entre los dos.

Puedo distraerme para no pensar, perder el control. Puedo creer que el mundo es otro, que finalmente algo cambió... pero prefiero creer que es por vos.

Un lindo grupo de desconocidos

Lugares de mentira y engaño. Personas que no son, ladrones de guante blanco. Amantes esclavos, novios del amor.

Una vibración en aumento y el aire cálido se hace denso. Hace rato que el lugar había dejado de ser grato y la llamada sonaba a silencio.
Hace tiempo que viajo franco olvidando mis escudos, aunque como buen observador descubro el murmullo en la mirada; la desconfianza del guetto.
Sonrío y simulo, sigo el rumbo; mientras las miradas pierden el sentido de lo justo.
Pensar que alguna vez creí. Pensar que compartí más de lo que debía... y así caí en sus redes de ficciones, espejismos de amistad.
Hoy volví para seguir sonriendo, para abrazarnos por el tiempo perdido.
Pero esta vez, la vuelta, tiene sabor a arena entre los dientes.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Amantes

Existe el guiño de mafia, la sonrisa abreviada y el pacto de saber y callar. Existe un lugar que nadie conoce, una esquina encorvada, un bar de grapa; un refugio para olvidar. Existen noches ausentes. Noches dispares. Noches cortas que alivian el sueño del actual; mientras jugamos a no jugar. Existen y se multiplican, son todas historias que empiezan para no terminar.

Fotograma

Diapositivas de un momento ajeno. Un acto reflejo, un recuerdo mal trecho. Una foto, un flash que empalidece. Un maquillaje que se borra, una careta deforme; una morisqueta no resuelta. Una sonrisa que compromete, una mueca falsa, una mirada que distrae. Un baile, una noche, un desliz.
Corte!

Hechizo

La veo venir y esta igual, igual a como la dejé. Tiene el paso cansino, casi desparejo. Torpe al caminar.
Algo de ella viaja en el aire, se adelanta y me envuelve. Y la cuenta de tres, dos hechizos. Palabras como susurros y una neblina de miradas planean sobre algo confuso.
La veo venir y esta más linda que ayer. Tiene el paso sugestivo, un pequeño desdén entre el amor y el sexo. Una mirada me envuelve y a la cuenta de tres, dos hechizos, uno por mejilla. Un susurro y después.

Agujero Negro

Un momento entra en pausa y todo se congela.
Un vacío que hace aire, que te inquieta. Un vacío de preguntas.
Una angustia sobre vuela, cala hondo, hurga; raspa a su antojo.
Titila... sin siquiera una respuesta.
Agujeros del alma que perforan, que dañan e ignoran. Como la respiración que entristece y el silencio que incomoda.
Agujero negro que come como el olvido y que olvida como la memoria.

Agujero negro como una taza de café.

viernes, 11 de diciembre de 2009

2 x 1

Dicen que entró solo y se sentó a esperar. Que tenía golosinas y chocolates como para regalar, que no miraba a nadie ni pretendía mirar. Sentando en medio de todos, a su lado sobraba un lugar.
Ellas se tocaban el pelo, nerviosas. Ellos preguntaban sin preguntar. Algunos chequeaban su invitación y confundían la interpretación; quizás dos por uno no era para dos y las caricias y los abrazos se escaparon del lugar.
De a poco cada uno quedó en su butaca.

A veces la tristeza es mas dura para el que le toca ver, como la incomodidad de los enamorados frente a la soledad.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Viajero

Escucho un tema y puedo viajar. Veo pasar el vaivén de los cables al costado del camino y es tan tentador romper el viento, bailar con las manos entre ondas y el espacio. A lo lejos el asfalto se hace laguna y los reflejos se desdibujan, mientras las nubes parecen ser el único punto fijo de este paisaje (quizás ella piense lo mismo de mí).
Sumo kilómetros y todavía no me fui.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Noticias a diario

Para mi el diario era una acumulación de monólogos y figuritas. Palabras impresas en papel que me cuentan historias y pocas de ellas tienen fin. Me hace conocer los nombres de personas que no interesan y que tampoco quiero conocer. Inunda charlas de café y sirve de insignia a la hora de prejuzgar un modo de pensar, como si ese pedazo de papel fuese fiel a una teoría sobre el mundo o una definición de vida.
Un día me tatué, me corte el pelo por vigésima vez y festejé con amigos. Salí, bailé y la conocí. De ahí en más agregué una S a todos los verbos y el camino se ensanchó para que entremos dos.
Cines, videos y comidas. Salidas, idas y venidas. Caricias, enojos y una última bienvenida para no dejarnos.
Hoy Olivia sale en el diario, adentro de un auto y con un hombre que no era yo. Dicen allegados que andaban en algo, que era frecuente verlos sentados hablando a poca voz. Ella tiene atadas las manos y el pecho ensangrentado. Él salpicó la ventanilla y olvidó atarse las zapatillas. Están mojados en la costa del río. En negrita y al pie de la fotografía hablan de celos y de traición.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Reales

A veces la realidad es lo más difícil de sobrellevar. Es como si soñaras con ser un gran artista y la única fan fuese tu ex. Ni siquiera la actual, tu ex... esa que un día te vio imperfecto y hoy, es tu fiel seguidora.
Realidad, como un detalle mínimo que todos ven. Como esa gente que tiene pequeños espejos para no verse o aquellos que se acostumbraron a un solo perfil para verse bien.
Realidades virtuales para ser como quisiéramos, para esconder lo que algunos tildaron de abominable y reprimir el instinto.
Aprender a ser lo que la mayoría disfruta. Lo bien visto. El ejemplo a seguir. Dinámico, activo, enérgico y emprendedor.
Ser perfecto y en busca de un ideal...
Y en este mismo silencio empecé a tener miedo de las palabras. Miedo al poder que encierran, porque son las mismas que logran un golpe a la vida o un desvío al abismo; y es sabido que la tristeza y el dolor en estos tiempos tienen mala prensa.

Quisiera aprender a ser viejo y aceptar el paso del tiempo.
Quisiera disfrutar la limitación de la edad y olvidar la nostalgia.
Cambiar la obsesión del éxito y aliviar el alma.

Mentira

No era un día para tomar decisiones. Aunque no pudiera controlar la verborragia y la incontinencia verbal me desbordaba sin piedad; no pude evitar tropezar con la misma piedra.
Me había creído todas mis mentiras y las otras también. Había dicho tres veces que no, para terminar en un si. Y habiéndome querido ir, me quedé.
No era mi elección, pero la variedad desmedida siempre me confunde, me limita; y la primera opción termina siendo la única.
Pude haber empezado por otro lado, cambiar el camino aunque sea una vez, pero no habría sido yo. Supongamos que lo hacía y cambiaba. Hubiera cambiado yo y nada volvería ser lo mismo.
Pero no fue así, caí en la misma rutina.
Creo haberme reído, pienso que me divertí. Bebí tratando de esconder alguna que otra palabra y me volví a confundir. Me enredé, trastabillé y caí en esta rutina.
Juro que ayer fue la última vez y para que me creas, es lo único que te voy a decir.