sábado, 26 de febrero de 2011

Mil ...

Estábamos con poco y con nada. Éramos parte. El pasto y la noche cubrían todo el plan. La magia del cielo y la incertidumbre, más allá. Éramos parte, siempre somos parte, me olvido; y no respiro a conciencia. Juntos, el silencio no duele. Un espectáculo nos atravesaba de piel a piel, una línea de pensamiento se pierde y es tan fuerte el mundo a tus pies. Huele fresco. El rocío no puede ser. La noche se agranda en lo inmenso, en lo quieto. Los ruidos ahuecados, los brillos. Respiro consciente y todo se graba, me impregna. Algo se transporta y viaja. Algo conecta entre la nada y hoy. Sigue, persiste.
Mirábamos las estrellas hasta la mañana.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Karmaleon

Viví como si nada fuera importante. Estuve y anduve tanto, como para saber que la boca dice lo que el corazón no entiende.
Hoy me arrepiento de haber caído en el silencio, de mirarte con miedo. Pero encontrarte en esta oscuridad; enrarece.
Ojala la niebla se apague y me olvide de todo lo que hace mal.

martes, 22 de febrero de 2011

Sos mi Karma

Sé por donde entrar y como convertirme en alguien divertido. Sé que puedo mirarte a los ojos con profundidad y ser interesante. Que podemos bailar y ese, va a ser nuestro gran momento. Podemos andar con ritmo y tocar el cielo. Soñar que somos eternos y que essa noche tenga sabor a destino.
Puedo acercarme, alejarme y mantenerme en la sombra. Puedo acompañarte en silencio, sonreír y compartirte; pero ese es mi Karma.

viernes, 18 de febrero de 2011

M

El calor era sofocante. Quería algo inmóvil, dejar de respirar y suprimir el esfuerzo por no transpirar. Permanecer estático.
Ella se distraía y algo turbio flotaba en el aire.
La extraña atracción de una mujer por lo brillante y con respecto al amor, la caída inminente frente al conquistador cursi.
Un intrépido fisgón y ese escote provocado. Las miradas caen y su distracción ya no es una sorpresa. Hábil, pendiente de cada detalle, finge y adula la perversión. Deja curiosos espacios. Un hombro bronceado y desnudo y un recorrido de pecas me dejan en otro lugar.
Una mirada fría se interpone, los morbosos se alteran y el juego termina. Ella mi mira sin expresión y yo siento la penosa vergüenza de ser descubierto. Caigo en la cuenta, dos estaciones; dos estaciones y todo termina. Trato de no pensar, pero ella sigue ahí y entre tantos me mira; curiosidad, desprecio. Algo hostil me carcome. Ella se acerca distraída, otra vez el juego, los perversos se asoman; miran. Ella mira el piso y yo descubro una hebilla en su pelo, está demasiado cerca para no conocernos. Me roza y me eriza.
Por un momento fuimos perfectos.

martes, 15 de febrero de 2011

Ensueño.

Te encontré en un sueño y es en el único lugar que te puedo hablar. Tomarnos de la mano parece tan normal como innecesario. Y andar juntos sin hablar era lo más justo.
Quería explicarte, quería que entendieras. Que escucharas sin pensar. Amigarnos, rescatar algo de todo lo pasado. Rescatar tu rencor, sacarte el dolor con mis manos; quise.
Y fue en un sueño que te dije, que pude mirarte a los ojos y sentir la emoción viva de un recuerdo, reecontrarnos en el desconocido mundo en el que te conocí.
Pude por un instante saber que habías entendido, que nada fue tan profundo como lo sentiste; que un error es eso y más aún cuando se es sincero en cuestiones tan complejas como el amor.
Puede que hoy sea viejo y entienda mejor el silencio. No todo tiene que ser dicho, no todo es importante.
Falta poco para que me despierte y quiero mirarte para siempre.

Cronograma del desamor.

Llegar al súmmum de felicidad tiene grandes costos, costos en el tiempo, agonías eternas, recuerdos y recuerdos que se apilan construyendo el peso agobiante de la memoria. Imágenes que logran desdibujarse convirtiéndose en hologramas desvirtuados tan diferentes a la verdad.

Construir para ser feliz. Elegir con quién y dedicarle horas, días, meses... años. Elegir desde el envase, tomarte el tiempo de degustarlo, conocer los laberintos, los escudos; los pasajes y los atajos. Conocerte, permitirte ser amado. Mostrar tu lado más amable y el más inapropiado. Hacerte cargo de las miserias (propias y ajenas, pasar por el mal trago de reconocerte en el otro y soportar, asimilar, permanecer y establecerte en nombre del amor. Pero en al escalada de la aceptación, son poco los casos de amor verdadero. Y en el silencio de las evaluaciones, las tristezas más grandes. La cruda realidad de la dislexia emocional. El principio de la agonía.

Puede ser el crecimiento desparejo, la falta de confianza, la curiosidad de lo desconocido; las ganas de vivir otra experiencia, las ganas de seguir otro camino.
Más penoso aún es no completar los ítems mínimos, no dar con el rol especifico, no llenar las expectativas; defraudar en el instinto.

Volver al inicio. Hacerte individuo. Ser un grano de arena, tan pequeño como insípido. Volver herido y en cada espacio ver el vacío.
Otra vez, otra rutina; ahora sin consulta y sin aviso. El odio al amor ajeno y el resentimiento de las carcajadas con chistes al oído. Verlos que se enredan, de dos a uno; y uno es uno, sin otro, sin sorpresas, ni palabras ni cariño.

Ahora las imágenes, los recuerdo como únicos testigos, te obligan a elaborar; a cerrar cajones con candado. A negar para después entender, a crecer desde el dolor hasta la soledad. Y desde la soledad bancar un presente, enfrentando el dolor de la perdida.
Aprender del silencio y de la ausencia. Apreciar el cariño, sentir el vacío del amor y el real espacio de su huella (desde acá se entiende la locura artística, las canciones tristes y las grandes películas)
Pasa el tiempo y puede que te entretengas, que te habitúes al cíclico ritmo de la soltería, que disfrutes momentos de euforia y de risa sin compromiso. Puede que te aburras de divertirte.
Hasta acá llegué, no se que me espera...

viernes, 11 de febrero de 2011

Dos suizas no conocidas

No entiendo el destino trunco de los que no llegan a cumplir seis.
No entiendo las razones ni los temores de esos, que se adueñan del suspiro ajeno.
Apenas imagino el instante en el que un padre deja de ser un lugar seguro.
Un momento y la confianza se acaba. La alegría desbordante de la euforia más pura. Todo se esfuma.
Y en el fondo, en el lugar más tierno de mis pensamientos; espero que el soplo llegue a través de un sueño. Que sigan sonrientes y felices, donde quiera que estén.