En definitiva estamos solos. Vinimos para estar (vaya uno a saber por qué) en ambientes carentes de sentido.
Sentimos y el mundo gira con otro sentido. Percibimos desde la individualidad y el todo nos supera abismal y salvajemente.
Vivimos en busca de una sensación que no podemos describir, asumiendo tareas que nos distraen del camino que creíamos seguir.
Nos encontramos, nos miramos y todo empieza otra vez; algo nos aleja del entorno y volvemos a ser uno en dos. Estamos solos y el mundo gira a nuestra disposición, todo cobra sentido y esa sensación lleva tu nombre.
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