Ella tenía los ojos de cristal y él la campera de mis sueños. Tenían rock y algo oscuro en su pasado. Él recio, amargo de rencor y ella era de las hermosas que no entendieron los beneficios de ser linda. Ambos fueron.
Aquí y ahora... el resto es todo pasado. Y son miles las caras que se desfiguran entre recuerdos.
Ella no mira a nadie y controla el temor de las fieras en celo. Ella anda sola; mientras todas imitan, en casa, las muecas del poster. Baila perdida, simula ser irreal. El mismo temor que seduce, aleja.
Aquí y ahora... el resto es todo pasado. Y son miles los que mueren en el anonimato.
Son duros, mientras las mandíbulas se enredan en palabras que nacieron necias. La piel se seca y se desviven por lo que falta. Deshidratan, paralizan. Se miran fijo y las sonrisas se estancan sin gracia.
Aquí y ahora y el resto es pasado.
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