Tuvo una vida corta. Murió sin conocer los ciclos de la desilusión. Se fue con la imagen de unos padres fuertes y eternos, desconociendo el peso de la enfermedad y el paso inevitable del tiempo. Viajó sin escalas al destino que todos tememos.
Vivió con la intensidad de su juventud y en un zigzag, en ese pequeño flash, descubrió el paso efímero de la vida y en la muerte se evaporó; se fundió con lo natural para terminar invisible. Se camufló en los buenos recuerdos, se vistió de historia para poblar las mejores anécdotas; y hasta surcó los mares que jamás nombró.
Se fue sin canciones, sin llamadas ni cartas de despedida. Se fue opacando el sol rojizo de ese día. Se fue en el silbido leve del viento en mi ventanilla.
Se fue y apenas volvió para acercarme un relato a escondidas.
miércoles, 28 de octubre de 2009
martes, 27 de octubre de 2009
Malas Influencias
De real y de confuso construyo sin piedad.
Es hermosa, es lo único que sé. Proyecta mil imágenes en mi cabeza, se proyecta desde la belleza; se inmortaliza. Delgada casi contorsionista, se enreda con tanta suavidad. Algo en ella me taladra la cabeza. La imagino perfecta, sonriente; inteligente, callada e intelectual. Predispuesta, inmaculada, utópica; ideal.
Actúa en veinte películas con el gesto preciso y el brillo de sus ojos vive en el primer plano que se congela en los míos. Sigo el hechizo y la busco en cada estreno, impecable, perverso; inmoral. Vivo el hechizo de idealizar a quien no conozco.
A pie el mundo se hace lento y aunque mis ojos vean cada uno de sus gestos, al tacto nada es terciopelo.
Es hermosa, es lo único que sé. Proyecta mil imágenes en mi cabeza, se proyecta desde la belleza; se inmortaliza. Delgada casi contorsionista, se enreda con tanta suavidad. Algo en ella me taladra la cabeza. La imagino perfecta, sonriente; inteligente, callada e intelectual. Predispuesta, inmaculada, utópica; ideal.
Actúa en veinte películas con el gesto preciso y el brillo de sus ojos vive en el primer plano que se congela en los míos. Sigo el hechizo y la busco en cada estreno, impecable, perverso; inmoral. Vivo el hechizo de idealizar a quien no conozco.
A pie el mundo se hace lento y aunque mis ojos vean cada uno de sus gestos, al tacto nada es terciopelo.
lunes, 26 de octubre de 2009
Te soñé
No se quién fui a la luz de sus ojos. Apenas era cuando la conocí.
En sueños descubro parte de sus recuerdos, siento como me escuchaba, como percibía lo que no alcanzaba a decir. Veo el modo de quererme, la paciencia de su amor.
Hoy me desperté tomándola de la mano, ella allá y yo interpretando lo que no pude interpretar. Seguro habremos viajado juntos, aunque sea ese rato, tomados y mirando al sol. Fuimos felices en ese lapso; en este otro tiempo que se oculta en los recovecos de mi memoria. Ella sonreía y para mi era el mejor recuerdo, el mejor presente.
En sueños descubro parte de sus recuerdos, siento como me escuchaba, como percibía lo que no alcanzaba a decir. Veo el modo de quererme, la paciencia de su amor.
Hoy me desperté tomándola de la mano, ella allá y yo interpretando lo que no pude interpretar. Seguro habremos viajado juntos, aunque sea ese rato, tomados y mirando al sol. Fuimos felices en ese lapso; en este otro tiempo que se oculta en los recovecos de mi memoria. Ella sonreía y para mi era el mejor recuerdo, el mejor presente.
Probabilidades
Cruce de esquinas, van y vienen autos y personas. Mucho ruido y pocas palabras. Los miro y me miran; titila la señal del peatón y en todos esos minutos de espera, los números se multiplican. Las edades oscilan. Algunos con barba, otros con pelos largos; cortos y afeitados; algunas maquilladas; otras con polleras, botas o sandalias. Bolsas, carteras, mochilas, morrales; zapatos y zapatillas. Los colores parecen ser los mismos, pero son todos distintos. Algunos tiene frío. Se miran y los miro. Abunda la desconfíanza y en ese refilón de costado que estudia más de lo que piensa, se esconden. Ese mismo refilón capaz de medir el tamaño exacto de un pecho envuelto en un corpiño tapado por un tímido escote. Esa misma mirada que avala una conquista o sepulta cualquier intento de buena educación.
La señal de stop se congela y obligados a esperar, se acurrucan en la esquina; mientras las ansiedades se apiñan aparecen los roces; las disculpas fingidas, las pequeñas muecas disfrazadas de sonrisa; los pensamientos cortos, los detalles del otro. Las miradas obscenas, los deseos ocultos.
El tránsito denso, espero y continúo. Las bocinas.
Todos van y vienen. Antes, ahora y después. Comen, beben, hablan. Se distraen, simulan; desean, ocultan. Una y otra vez, antes, ahora y después. Algunos cojen con la mirada. Se buscan, provocan, se enredan en miradas; se muerden los labios, rozan y vuelven a mirar. Tocan al pasar, se confunden, se distraen. Se vuelven a observar.
Piensan... y el juego termina.
Los hierros enfilados se detienen y la señal de stop se apaga, los números se esfuman y las probabilidades desaparecen.
Vamos y venimos, nos cruzamos, simulamos perdernos en nuestro camino. Miramos baldosas y zapatos. Pisamos los charcos esquivando la basura y seguimos.
La señal de stop se congela y obligados a esperar, se acurrucan en la esquina; mientras las ansiedades se apiñan aparecen los roces; las disculpas fingidas, las pequeñas muecas disfrazadas de sonrisa; los pensamientos cortos, los detalles del otro. Las miradas obscenas, los deseos ocultos.
El tránsito denso, espero y continúo. Las bocinas.
Todos van y vienen. Antes, ahora y después. Comen, beben, hablan. Se distraen, simulan; desean, ocultan. Una y otra vez, antes, ahora y después. Algunos cojen con la mirada. Se buscan, provocan, se enredan en miradas; se muerden los labios, rozan y vuelven a mirar. Tocan al pasar, se confunden, se distraen. Se vuelven a observar.
Piensan... y el juego termina.
Los hierros enfilados se detienen y la señal de stop se apaga, los números se esfuman y las probabilidades desaparecen.
Vamos y venimos, nos cruzamos, simulamos perdernos en nuestro camino. Miramos baldosas y zapatos. Pisamos los charcos esquivando la basura y seguimos.
martes, 20 de octubre de 2009
Testigo
Un sellador, un creador de muros (un pequeño dictador jugando con la vida de otros, una guerra de muñecos sangrantes. Destinos que se cortan y las personas se mueren porque sí... bajo el pulgar de un diabólico. En la cabeza de un infeliz)
Una barra distante del mundo (para mantener la misma mirada, para enseñar la desgracia sin miedo, para señalar el fracaso ajeno y sentir la fuga del amor)
Una distancia a tu piel (...fingiendo perderte. Engañando a mi suerte. Creyéndome fuerte fingiendo perderte, engañando a mi suerte; creyéndome...)
Un vacío de latidos (un momento de paz, ser sin recuerdos)
Un silencio a mi cabeza (un bosque sin árboles, un mar sin sal; un techo de cielo y un sueño real)
Un freno de razones (sin una sola verdad)
Un aislante de cromosomas (enredando las calles sin nombre, confundiendo los mapas, manchando tus cartas; volviendo a sangrar)
Un sedante para los huecos del alma (karma)
Un sellador, un creador de muros.
Una barra distante del mundo.
Una distancia a tu piel.
Un vacío de latidos.
Un silencio a mi cabeza.
Un freno de razones.
Un aislante de cromosomas.
Un sedante para mi alma.
Una barra distante del mundo (para mantener la misma mirada, para enseñar la desgracia sin miedo, para señalar el fracaso ajeno y sentir la fuga del amor)
Una distancia a tu piel (...fingiendo perderte. Engañando a mi suerte. Creyéndome fuerte fingiendo perderte, engañando a mi suerte; creyéndome...)
Un vacío de latidos (un momento de paz, ser sin recuerdos)
Un silencio a mi cabeza (un bosque sin árboles, un mar sin sal; un techo de cielo y un sueño real)
Un freno de razones (sin una sola verdad)
Un aislante de cromosomas (enredando las calles sin nombre, confundiendo los mapas, manchando tus cartas; volviendo a sangrar)
Un sedante para los huecos del alma (karma)
Un sellador, un creador de muros.
Una barra distante del mundo.
Una distancia a tu piel.
Un vacío de latidos.
Un silencio a mi cabeza.
Un freno de razones.
Un aislante de cromosomas.
Un sedante para mi alma.
domingo, 18 de octubre de 2009
Palabras equívocas
Hace unos años (casi treinta) que no encuentro la palabra precisa. Hablo por aproximación, corro mentalmente queriendo resolver frases tontas, astutas y rebuscadas: pero después de unos segundos entiendo que se hablaba de otra cosa... a tal punto que empiezo a creer que siento, percibo y respiro por aproximación.
Me acordé de las discusiones, el desamor, las frustraciones, las peleas y las reconciliaciones; los delirios, los entredichos, las confusiones... ¿habré participado a destiempo? Quizás fui parte de un espacio paralelo girando a otra velocidad, quizás más rápido, quizás más lento; intermitente...seguramente intermitente.
Pensar que basé mi vida en palabras confusas, construí realidades y las sostuve con el mayor de los esfuerzos (con razón el agotamiento desmedido). Cuánto más fácil hubiera sido emitir sonidos circunstanciales, como los de una rata peleándose y esperar... hubiera sido igual de confuso, pero más divertido.
Tal vez el mundo es siempre igual, algo así como un toc-toc sonando hasta el infinito y la percepción de la percepción, de la percepción complica e interpreta lo que no tiene sentido.
Quiero aprender a hablar sin palabras. Acciones y símbolos. Que el ruido sea natural como las olas del mar o la lluvia cayendo del cielo. Quiero mirarte a los ojos y olvidarme de entender, dejar que seas quién seas y viajar a través del tiempo como un sonido infinito.
No preguntes por qué...
Me acordé de las discusiones, el desamor, las frustraciones, las peleas y las reconciliaciones; los delirios, los entredichos, las confusiones... ¿habré participado a destiempo? Quizás fui parte de un espacio paralelo girando a otra velocidad, quizás más rápido, quizás más lento; intermitente...seguramente intermitente.
Pensar que basé mi vida en palabras confusas, construí realidades y las sostuve con el mayor de los esfuerzos (con razón el agotamiento desmedido). Cuánto más fácil hubiera sido emitir sonidos circunstanciales, como los de una rata peleándose y esperar... hubiera sido igual de confuso, pero más divertido.
Tal vez el mundo es siempre igual, algo así como un toc-toc sonando hasta el infinito y la percepción de la percepción, de la percepción complica e interpreta lo que no tiene sentido.
Quiero aprender a hablar sin palabras. Acciones y símbolos. Que el ruido sea natural como las olas del mar o la lluvia cayendo del cielo. Quiero mirarte a los ojos y olvidarme de entender, dejar que seas quién seas y viajar a través del tiempo como un sonido infinito.
No preguntes por qué...
viernes, 16 de octubre de 2009
Nostalgia
Hoy me miré fijo a los ojos y descubrí el diminuto tamaño de mi insulso corazón.
Dicen que late aunque duerma, que bombea mientras pienso o camino. Dicen que es el motor esencial de la vida; pero una serie de certezas me llevan a pensar lo contrario.
El mio no late, no suena.
A veces siento que se exalta pero solo lo hace en contextos extraños, difusos; situaciones que exceden cualquier parámetro de medición normal.
El único dato de su presencia es la "nostalgia" (palabra chota que me encanta pronunciar), una palabra que sinceramente no dice nada; pero para los que leen pavadas y les gusta el tango, las calles empedradas; la lluvia de cielo negro y el café fuerte... para esos la palabra "nostalgia" dice algo.
Quise decir que para la tristeza de los recuerdos el dolor físico encuentra un solo lugar y a ciencia cierta, no se si es exacto, pero es ahí. El espasmo concreto aparece como una contracción muscular que acalambre el aire en los pulmones. Y a ese que llaman corazón se le acaban las ganas de ponerle pilas a la vida y se queda estupefacto. Me mira asombrado (te juro que me mira) el flaco se da vuelta todo acuoso y morado y me mira... y ahí entiendo todo. Puede ser una canción, un perfume, una imagen, puede ser cualquier cosa; porque todas las cosas tienen algo de ella y la extraña teoría de que el mundo empezó a girar el día que abrió sus ojos comienza a tomar fuerza. Mientras seguiremos cayendo en el virus de su amor, porque todos giramos a su alrededor creyendo que descubrimos el pétalo más hermoso haciéndonos únicos e irrepetibles. Pero para ella el deja vu es eterno y en tus ojos ve siempre la misma película que comienza y termina en el mismo lugar.
Será que desde ese tiempo desconfío del amor.
Espero que esto quede entre nosotros porque los que aman no toleran el desamor y mucho menos la tristeza nostálgica de un corazón que no late.
Dicen que late aunque duerma, que bombea mientras pienso o camino. Dicen que es el motor esencial de la vida; pero una serie de certezas me llevan a pensar lo contrario.
El mio no late, no suena.
A veces siento que se exalta pero solo lo hace en contextos extraños, difusos; situaciones que exceden cualquier parámetro de medición normal.
El único dato de su presencia es la "nostalgia" (palabra chota que me encanta pronunciar), una palabra que sinceramente no dice nada; pero para los que leen pavadas y les gusta el tango, las calles empedradas; la lluvia de cielo negro y el café fuerte... para esos la palabra "nostalgia" dice algo.
Quise decir que para la tristeza de los recuerdos el dolor físico encuentra un solo lugar y a ciencia cierta, no se si es exacto, pero es ahí. El espasmo concreto aparece como una contracción muscular que acalambre el aire en los pulmones. Y a ese que llaman corazón se le acaban las ganas de ponerle pilas a la vida y se queda estupefacto. Me mira asombrado (te juro que me mira) el flaco se da vuelta todo acuoso y morado y me mira... y ahí entiendo todo. Puede ser una canción, un perfume, una imagen, puede ser cualquier cosa; porque todas las cosas tienen algo de ella y la extraña teoría de que el mundo empezó a girar el día que abrió sus ojos comienza a tomar fuerza. Mientras seguiremos cayendo en el virus de su amor, porque todos giramos a su alrededor creyendo que descubrimos el pétalo más hermoso haciéndonos únicos e irrepetibles. Pero para ella el deja vu es eterno y en tus ojos ve siempre la misma película que comienza y termina en el mismo lugar.
Será que desde ese tiempo desconfío del amor.
Espero que esto quede entre nosotros porque los que aman no toleran el desamor y mucho menos la tristeza nostálgica de un corazón que no late.
miércoles, 14 de octubre de 2009
El extraño romance del ego y la soberbia
Por naturaleza nací desconfiado, aunque peco de inocente y solo aprendo topándome tres veces con la misma piedra. Siempre leo entre líneas, adornando la paranoia y alimentando una seudo esquizofrenia que potencia extrañas charlas de cocina con grandes pensadores, autoritarios y fachistoides, que avalan grandes opresiones desifrazadas de idílicos avances sociales.
Me enojo y pataleo, discuto y me enfurezco porque conozco el modo de tocar los sueños, pero siempre caigo en mi propia trampa... son pocas las veces que piso el suelo con ambos pies.
Tuve un momento de lucidez y necesite escribirlo con inmediatez, temiendo lo peor (que se pierda en la nada de mi memoria)
Entendí la clave de mi problema: Nací en un país de Boludos y pensar es otro modo de sufrir.
De a poco vuelvo a entender que el mundo es la simpleza de ver la lluvia caer, la sonrisa frente al sol sintiendo el pasto crecer y recorrer a duras penas el trayecto de la Luna; sin poder comprender la diferencia entre satelíte y sol de noche.
Cada mañana ansío despertarme en la gran masa y dejarme llevar, perderme en la multitud y dejar de sentir la opresión en el pecho sabiendo que este es un juego de pocos; ansío seguir la rutina silenciosa amoldado al destino, con el tiempo ajustado y preciso y con la urgencia de cumplir las obligaciones de terceros. Deseo reírme de las "vivezas" de los políticos y los programas humoristicos del televisor. Vivir pendiente del largo de una pollera y de la toma indiscreta de la cámara en un show. Quiero disfrutar la realidad y conformamrme con vivir lo que me dejen vivir. Mientras siguen llegando inocentes a un mundo digitado por dos o tres.
Me enojo y pataleo, discuto y me enfurezco porque conozco el modo de tocar los sueños, pero siempre caigo en mi propia trampa... son pocas las veces que piso el suelo con ambos pies.
Tuve un momento de lucidez y necesite escribirlo con inmediatez, temiendo lo peor (que se pierda en la nada de mi memoria)
Entendí la clave de mi problema: Nací en un país de Boludos y pensar es otro modo de sufrir.
De a poco vuelvo a entender que el mundo es la simpleza de ver la lluvia caer, la sonrisa frente al sol sintiendo el pasto crecer y recorrer a duras penas el trayecto de la Luna; sin poder comprender la diferencia entre satelíte y sol de noche.
Cada mañana ansío despertarme en la gran masa y dejarme llevar, perderme en la multitud y dejar de sentir la opresión en el pecho sabiendo que este es un juego de pocos; ansío seguir la rutina silenciosa amoldado al destino, con el tiempo ajustado y preciso y con la urgencia de cumplir las obligaciones de terceros. Deseo reírme de las "vivezas" de los políticos y los programas humoristicos del televisor. Vivir pendiente del largo de una pollera y de la toma indiscreta de la cámara en un show. Quiero disfrutar la realidad y conformamrme con vivir lo que me dejen vivir. Mientras siguen llegando inocentes a un mundo digitado por dos o tres.
Desconfio
Por naturaleza nací desconfiado, aunque peco de inocente y solo aprendo topándome tres veces con la misma piedra. Siempre leo entre líneas, adornando la paranoia y alimentando una seudo esquizofrenia que potencia extrañas charlas de cocina con grandes pensadores, autoritaristas y faschistoides, que avalan grandes opresiones disfrazadas de idílicos avances sociales.
Me enojo y pataleo, discuto y me enfurezco porque conozco el modo de tocar los sueños, pero caigo en mi propia trampa porque son pocas las veces que piso el suelo con ambos pies.
Nací en un país de boludos y pensar es otro modo de sufrir.
De a poco vuelvo a entender que el mundo es ver la lluvia, la sonrisa frente al sol sintiendo; oler el pasto húmedo y recorrer a duras penas el trayecto de la luna.
viernes, 2 de octubre de 2009
Encajas
Hace dos años que vivo entre cajas; siempre creyendo que estoy por irme a otro lugar. A duras penas encontré un cajón para las medias, aunque vivan la mitad de la semana embolsadas en el camino cíclico del departamento y el lavadero.
Existe un plan, como también existe el equilibrio del mundo; pero en ambos casos una pavada puede más que mil razones.
Me enloquezco y en el desorden de las construcciones deformes de cartón, un cimbronazo de martillos errando a los clavos provocan el terremoto que altera mis puntos neurálgicos. Pero existe la constante posibilidad de un viaje del cual todavía no tengo pasaje y tampoco sé si pueda volver.
Es por eso que vivo cansado y cuando duermo prefiero soñar.
En algunos sueños mi vida encuentra un camino paralelo y a modo de reflejo, curiosamente, los personajes son los mismos. Hablan e interactúan hasta el hartazgo y cansado de escuchar consejos opte por encontrar soluciones, es por eso que busco respuestas en el televisor... a veces aparecen entre diálogos pequeñas frases, pequeñas verdades. Y como si fuese un truco de magia, sin pies ni cabeza, se convierten en maravillosas respuestas, que jamás me atrevería a preguntar.
Aunque todavia no logro descifrar si lo leí o lo soñé.
Existe un plan, como también existe el equilibrio del mundo; pero en ambos casos una pavada puede más que mil razones.
Me enloquezco y en el desorden de las construcciones deformes de cartón, un cimbronazo de martillos errando a los clavos provocan el terremoto que altera mis puntos neurálgicos. Pero existe la constante posibilidad de un viaje del cual todavía no tengo pasaje y tampoco sé si pueda volver.
Es por eso que vivo cansado y cuando duermo prefiero soñar.
En algunos sueños mi vida encuentra un camino paralelo y a modo de reflejo, curiosamente, los personajes son los mismos. Hablan e interactúan hasta el hartazgo y cansado de escuchar consejos opte por encontrar soluciones, es por eso que busco respuestas en el televisor... a veces aparecen entre diálogos pequeñas frases, pequeñas verdades. Y como si fuese un truco de magia, sin pies ni cabeza, se convierten en maravillosas respuestas, que jamás me atrevería a preguntar.
Aunque todavia no logro descifrar si lo leí o lo soñé.
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