martes, 13 de abril de 2010

Invisibles

Apenas vistos e indiferentes.
Yo proyecto y ella se hace hermosa, una sonrisa distraída parece invitarme y lanzado, invento.
Ella se aburre, mira de a ratos. Me confunde.
Yo proyecto, creo que es inteligente, sensible y un toque intelectual. Creo que mira cine alemán, lee libros de autor y disfruta los chistes malos.
Ella se apoya contra la pared y se distrae mirando a la gente.
Yo ni lento ni perezoso vuelvo a proyectar, le invento modismos suecos, la veo desnuda; camina hacia mí, sonríe y el tímido vuelvo a ser yo.
Ella se toma su tiempo, saca un cigarrillo y sin mirar la cartera, busca el encendedor.
Yo la veo bailar y en el vaivén somos uno. Encajamos como si fuéramos perfectos; mientras al oído me dice lo que siempre quise escuchar.
Ella se paraliza, se congela, se hace inmortal.
Y yo quiero recordarla como la mejor amante, la que nunca se va.

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