La lluvia se olvida de los secos, como si fueran ajenos a su estado, a su
responsabilidad.
Los secos son otros, los invisibles, los que no estan.
Son todos esos que el tiempo olvida y los culposos tardan en recordar.
Los ocupantes nocturnos. Los delirantes. Los que avergüerzan. Los que entran sin saludar.
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