Un blog se llena de todo lo que no digo cuando te miro a los ojos.
Se llena de ellos si escribe ella.
Se llena de silencio.
Ocupa un pensamiento y a veces reflexiona.
Como si fuera el monologo ególatra de un twittero.
Un intento inteligente para creerte distinto.
Un blog se llena de letras.
Se llena de ellas si escribe él.
Dibuja el camino confuso de los "sin destino".
Sin el eco del otro.
Nace inconcluso.
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