Hoy nos cruzamos. Ella tiene esa actitud que me enloquece. La escuché hablar, la vi moverse. Ahí cerca estaba el nuevo, mejor que el último; pero muy distinto a mí. Ella como siempre, coqueteando de manera sutil, tocándome suavemente el brazo. Hablaba de cosas que no me importan, pero me mantenía tenso bajo una mirada. Mientras él, creyéndose moderno se entretiene con las vidrieras de Palermo, ignorando la histeria sostenida de su nueva novia.
Fui un macho alfa en celo y terminé abruptamente la charla con un "llamame y nos vemos"; ella hizo de Venus clickeando una mirada hasta deslizar el guiño.
Al rato apareció él, de movimientos lentos y afectado de modismos, y comentó algo sin sentido.
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