Festejen...
Por mas que se emborrachen,
Por mas que finjan ser felices.
Inventen colores, rian a mas no poder.
Sigan venciendo a la vida.
Sigan insistiendo...
Porque el amor muere.
Festejen...
Por mas que se emborrachen,
Por mas que finjan ser felices.
Inventen colores, rian a mas no poder.
Sigan venciendo a la vida.
Sigan insistiendo...
Porque el amor muere.
Y si no fuera suficiente.
Porque ser no alcanza.
No basta un mundo para la ambición de la gente.
Querer, elegir, cuidar y amar en un destino.
Salvarte de mi vacío con la intriga de tu silencio.
Confiar y ese salto al infinito.
Y si no alcanzo.
Porque mi día no es suficiente.
Que injusto es el mundo con los deseos de la gente.
Existe una fecha. Una imaginaria.
Un plazo. Un... "hasta acá".
Un límite de tolerancia.
Existe por necesidad.
Como el plomin de los pescadores y esas líneas finitas, que conectan a los peces con su propia muerte.
Al principio venía a modo de silencio.
Una pausa quieta. Sin sentido. Como un margen inhabitable.
Parecía aire.
Era permanente en su propio instante.
Pero con un dejo. Siempre con un dejo.
Un peso interminable.
Y después la vida.
Insisto. Molesto. Me impongo
Ignoro su presente.
Avanzo como si correspondiera, como si fuese destino.
Avasallante.
Amparado en la ilusión.
Sonrío. Intento.
Digo, digo un poco. Sugiero.
Ya no sé...
Para qué sonrío.
Quién soy en medio de todo esto.
Lo pienso.
Hace tiempo que lo pienso.
Otro silencio.
Y fueron mil silencios.
Ella ahí, por ahora y en un tiempo chau
Y quizás nunca...
Y ahora yo, acá... Para qué...
Con éste nudo.
... y todos éstos besos.
Te escucho y se desdibuja.
Por verte, que me importa el tiempo.
Busco esa voz, y por suerte todas estas redes, con sus videos y mis ganas.
Verte y un momento.
Siempre va existir una pregunta.
Para qué insistir al desencuentro.
Mi piba karma
Y la insufrible continuidad de no coincidir
En paralelo, de vereda en vereda.
De lejos. Y tu mirada. Y mi sonrisa.
Distraído.
Pensarte de a ratos.
Soñarte en películas.
Heroina.
Y esa paz que aniquila.
En paralelo, de silencio en silencio.
Toda distancia.
Ya no son tus ojos ni son mis palabras.
Se nubla.
Se hace oscura la noche.
Solitario.
Y esa paz que aniquila.
Y esa paz que aniquila.
No me olvides.
Sin tu recuerdo, no existo.
Ya no sé si fuimos alguna vez.
Si me voy,
Sin sentido para quedarme.
Fuimos, para recordarte.
Y si me alejo por el aire,
Algo de mi queda en vos.
Todos venden algo.
Y parece tan antiguo el mundo sin amor.
Puede que sonrían.
Y parece tan fácil perderse sin amor.
Halagos y descuentos.
Todo parece gratis si no estoy con vos.
Vamos y venimos.
Quizás me toque algo de vos.
Cuando un día se hace negro.
Y es el viento un mal protagonista.
Esa extraña mezcla de infierno gélido.
Así,... de denso.
Ingrato. Mal habido.
No alcanza el odio.
Y encima ellos sonríen!
No quiero coincidir.
Pero cómo te alejo de éste silencio.
Sin la sorpresa de encontrarnos.
A duelo, cada instante.
Sin la belleza de mañana.
Mueren esos besos que nunca te di.
Es frío. Rígido y sutil.
Es, porque nunca fue.
Es el peso de mi deseo extinguido.
Existe un milagro en todo ésto...
Saber que ella me habita.
Todos los días me acuerdo de la vida que tuve. Me tocó en suerte. Un instante de tiempo.
Alguna vez fui feliz.
Pero ya no hay a dónde volver.
Te llevo siempre.
Con vos crecí.
Me tocó en suerte.
Un poco de amor para mi.
Si me toca mirarte, siempre voy a sonreír.
Fuimos lo que pudimos.
Pero ya no hay a dónde volver.
Puede que escriba hasta ese día.
Puede que mi mirada esté perdida.
Puede ser.
Puede que tu voz se haga.
Puede que olvidemos al amor.
Puede ser.
Puede el futuro mentirnos.
Puede.
Puede ser.
Puede una tristeza acercarte.
Puede volarte de mi .
Puede ser.
Puede un misterio hacerse carne.
Puede mi sueño vencer al tuyo.
Puede ser.
Puede ser que te ame.
Puede que no.
Puede ser.
Nadie lastima.
Y la invención del dolor es del que sufre.
Como sus lágrimas.
Como su llanto.
Nadie lastima.
Y los corazones se parten.
Se deshilachan.
Como las viejas heridas.
Nadie lastima.
Y un silencio se adueña.
Se lleva palabras que no fueron dichas.
Se lleva la vida.
Y nadie lastima.
Sin filtro y un predictivo como inspiración.
Ausente y la compañía perfecta de un sistema inventado.
Un valle ártico.
Y ese viento que vuela.
Mi único recuerdo.
La sensación de haberte visto.
Cómo no escribir en tanto silencio.
Nadie sabe de mi. Y yo aprendí a olvidarme de ellos.
Casi nada importa.
Quizás resta esperar.
La sorpresa irónica de la muerte.
Melancolía de la vida.
Ese aliento en pausa.
Sufrir por haber sentido.
Y tanto silencio.
Como una tv.
Recto, cuadrado, rectangular; liso.
Casi sin pensar.
Llano. Sin matices.
Estático. Rígido. Funcional.
Sigo sin pensar.
Apagado. Neutro. Firme.
Esperando una señal.
Puedo ser feliz igual?
Me duermo pero sin sueños.
Atrás quedaron los laberintos del ingenio, con las musas y la sensación a vida.
Confundo y por momentos se hace realidad lo que pienso.
¿Quien para al dolor?
Fui hombre y un devenir.
Soy yo.
Y fui feliz.
Escribo para no ser leído.
E impune me desdigo.
Y en ésta distancia, mi soledad.
Puedo susurrar sin sentido, con el mismo sentido de volver a escribirte, enumerarte en cada palabra; reflejarte mi devoción.
Te hablo siendo un náufrago a tus ojos.
Y sobrevivo a tu ausencia.
Como sobrevivo a mi, por desearte.
Se desgarra y sangra. Y es justo porque duele. Se rompe. Se quiebra. Me indaga.
Qué hay de mi en tanta tristeza.
Qué hay de vos en éste silencio.
El super poder de las mujeres interesantes es meterse en los pensamientos ajenos.
Y ella, siempre ella. Me recorre en sueños. Como si éste mundo no fuera suficiente y la conquista del deseo una simple ilusión.
Ella, siempre ella. Sin magia ni interés. Copa todos mis sentidos y se anida en lo que todavía no pensé.
Me olvido en partes. De vos, del que fui.
Si sobrevivir fuese la razón, algo heroico vive en mi. Aguantando el silencio. Fingiendo lo demás.
Olvido el sentido. Para que buscarte si vuelve a empezar. Testigo de rutinas. Aguanto mi silencio. Fingiendo lo demás.
Sepan que fui feliz. Que estuve entero por primera vez. Sepan que viví el amor. Sepan todo, porque yo ya me olvidé.
Qué puedo encontrar si no busco.
A tus ojos mi deseo.
Si pensar fuese la respuesta a todo.
Lo de tu boca es un hecho.
A quien me encuentre, piedad.
Ando roto de pellejo, pero sonrío.
Dame algo de lo que quiero.
Vagabundo sin razones.
Desconsuelo del amor.
Tan sublime como improbable.
Enrarecido, confuso festín.
Enloqueciendo cada palabra.
Desvirtuando el sentido.
Sentite genial.
Convencete.
Gran artista.
Tránsito oscuro.
Ni miradas.
Ni testigos.
Se apagó!
Harto de mi.
Y de todos ellos.
Se confíaron, en algún momento sintieron la comodidad de saberme estable; y nada más fácil que desentenderse del otro.
Cometí el error de ser atento.
Interesarme en el mundo paralelo.
Ellos, yo; otros y nada.
Sepan disculpar.
Se acabaron las sonrisas.
Cuando los otros se besan
me llueve la noche.
De la mano. Efímeros dos.
Tu mesa vacía.
Y un silencio se hace paciencia.
Dejarte ir sin saber si existe un volver.
Soy de palabras.
Soy de silencio.
Lo que quiero cuando quiero.
Y si sos más de mi pasado?
Y si a tus palabras ya las aprendí?
Y si ya pensé tus sueños?
Lo que quiero cuando quiero.
Y todo tu silencio.
Tan ideal como nueva.
Diapositivas diarias de una distante lejana.
Lo que quiero cuando quiero.
Pero todavía no se quien sos.
Si te invade. Te inunda.
Lo eterno pesa como la muerte.
Si eso late. Si suena adentro.
Puede que duela.
pero si es eterno, mata.
La mirada se pierde más de lo habitual.
Y andas más cómodo en el olvido.
Puede ser parte de la muerte
un intento de eternidad.
En la neblina de los confusos.
En lo infinito dormido.
Viajan ausentes mis confesiones.
Y en tus rincones perdidos,
Viven cada uno de tus amores.
Y en mi silencio
Resiste tu nombre.