Afuera suena algo, suenan los llantos alejados y es en una plaza de recuerdos, un mar de pañuelos blancos.
Es el llanto mudo, la grieta seca; esa furia añeja.
Una injusticia, tan desleal como ingrata y es un presente pacifico, el mejor momento para recordarla.
Mis pasos por esta plaza, mis pasos como los de tantos. Historias de a retazos.
Locuras del mundo imaginario, sanguíneos, virulentos; demenciales de poder.
Y son mis pasos el eco de los tuyos y en tu cabeza los recuerdos se hacen mios. Reflexivos.
Seguimos reflexivos; pero entre latidos un silencio, por los que se fueron y no pueden regresar.
Una plaza se tiñe, se apaga.
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