Algunos se encuentran con la excusa del fulbito; de una pizza; unas birras. Otros se enloquecen frente a las pantallas. Otros tantos se concentran en la masividad popular, se aglutinan en el canto coreógrafo de las expresiones mundanas y las tardes se hacen noches y las noches, madrugada y el recuento de los días pueblan anécdotas eternas, de las misas paganas.
Yo prefiero el café, discos y blogearla.
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