Me toca verte de lejos, llevando el tiempo en tus ojos y es en tus hombros, donde cae algo más que tu pelo.
En una distancia, mis defectos y tus palabras se aburren como las hojas sin viento.
Y así, de balcón a balcón, entre sombras y desvelos; somos perfectos.
Tanto en el miedo como en el amor, sin certezas, todo se olvida.
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