Pero que vive en mí.
Ya no es tristeza. Se contempla.
Sin esa velocidad.
Algo huele a pasado.
Huele despacio.
Se equilibran y es agua. Espesa y flotante.
Sin viento ni hojas de otoño.
Verlos pasar.
Se hace noche en plena tarde.
Soy yo el del umbral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario