Hasta que las luces se cansaron de pasar.
Se escuchaba el silencio y adentro una revolucion eterna. Es la contradicción común de los celos. Todo calmo y el infierno.
Lo sabía. Siempre lo supe.
Imposible apostar para perder.
El sin sentido de intentar.
Intentar y verte sonreír desde una esquina.
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