Casi ideal, porque eras la más entre otras.
Y fue fácil verte hermosa. Sutil, suave y hablar.
Así, en un instante la alegría se hizo hueco y la sonrisa, nostalgia. Y tu voz distante. Y frío, solo frío.
En qué momento se apaga la ilusión...
Dame kilómetros de nada.
De silencio.
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