Pierdo el sueño.
Me atolondro en virtudes.
Me atornillo de ansiedad.
Y un desvelo me juega la mala pasada.
Me deja, me abandona.
Y a la suerte se la llevan las rubias.
Y esta noche se amarga.
Y no es la lluvia el frío.
Y solitario me olvido.
Las agujas, los relojes.
Los digitales, los espumantes.
Los delirios, los cuentos perdidos.
Y tan grises mis recuerdos.
Y tan ciertos mis halagos.
Tan crueles como la verdad.
Dónde duerme mi rubia,
dónde sonríen tus besos.
Dejame viajar a verte,
dejame ser parte de tu noche.
Rodeame de suerte.
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