Un amigo entró, leyó y me dijo que era muy para adentro, muy así (movía las manos como queriendo hacerse un agujero en el pecho) y yo no lograba entender si eso era bueno o malo. Lo miré fijo, hice gestos de poca comprensión, me mordí el labio y entrecerré los ojos.
Él quiso aclarar, pero yo ya no estaba ahí.
Por momentos todo me aburre, ni hablar cuando soy yo el que se encierra en el espiral; cuando las caras se repiten sin sentido.
Ella se parece a mi y choca contra todo, pero yo todavía la piloteo.
Él cambia de tema y mi escritura se hace invisible.
Nada perdura y todo se olvida.
Las palabras escritas siempre hablan del pasado.
Quizás entendí... ¿o no?
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