Mareado. Uno de los mundos se vino abajo. Y lo reconstruyo todo el tiempo. Intento sostenerlo, arreglarlo, presentarlo en pie. Pero las emociones no conocen de cimientos. Y si hablamos de razones, era lógico que desvanezca.
Interludio.
Lloro de a ratos. Me angustio. Y no reconozco nada de lo que quedó. Ya sean ruinas o restos de amor.