Milostich

No era el principio ni el fin. 

Era eso y el dolor.

Transparente y ambiguo. 

Ella no

Ella no me mira.

Ni sabe que estuve ahí. 

Y es a través de pantallas, 

Que el presente no se hace recuerdo. 

Yo creo que es feliz.

Y yo me fundo en distancias.

Me distraigo y me pierdo.

Ya habrá tiempo para mi.

Me gustaba

A mi ella me gustaba.

Y yo a ella... quiėn sabe. 

El extraño acertijo de la belleza.

A veces empezar, duele.

Y los años te ayudan a sobrevivir.

Es como tener hectáreas de fracasos.

Y disfrutar las derrotas.

Pero arrancar cuesta.

Y sigo...

Con el murmullo de las perdidas y las ausencias. 

Aunque llueva y se ponga gris.

Tarde

Tengo presente la lluvia. 

Esa que angustia a la melancolía,

Y silencia las calles.

Eco del eco vacío. 

Tres planos

Trato de ser el mismo.

El viejo, el joven y el ruido.

Voy como puedo, centrado.

En medio del silencio.

A veces corrijo.

Sigo envuelto entre el pasado y el infinito.

No vine a aplaudir

Trabaja de linda. 

Y ellos queriendo agradar.

Encerrados en el juego,

Dispuestos a perder. 

Ella pasea.

Perdida e inocente mentira.

Nada más triste.

Ella trabaja de linda. 

El espanto

Escucharte pensar.

Esperando la revelación. 

Nada pudo ser más injusto. 

Esa extraña conexión entre dos desconocidos y el interés mutuo.

Seguí participando. 

Indiferente

Puede que sea el mismo. 

Ayer, hoy. Tiempo presente. 

Miles de pantallas, un todo inexistente. 

Un halago y un insulto, extraño matiz. 

Qué habrá pasado en estos años...

De qué me habré curado...

Ya conozco el engranaje. 

turquesa

Ya no sos mis canciones. 

Pero algo de tu melodía...

Escucharte hablar.

Algo me hace niño, 

Me arropa en la distancia,

En ésta soledad.

Puede que sea el infinito.

El tiempo irreal.

Estás conmigo.