jueves, 20 de diciembre de 2012

Findel

El mundo que soñé, el que imaginé para aliviar el dolor de estar vivo; murió hace muchos años.
Sobreviví a mi, sin morir en el intento.

Solo resta ser feliz.
Y mi felicidad, es llevar a conciencia lo vivido.
Conociendo el peso de la tristeza y el lugar de los silencios.

Dejame ahorrarte las angustias que viví y ayudame con las tuyas.
Hagamos un lugar mas lindo, compartamos lo que queda del día.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Mi amigo Fede.

Las charlas profundas surgen en medio del caos, sera que nos hacemos viejos y los climas resultan innecesarios. Viajamos incómodos, parados, hacinados; excedidos. Mi gran amigo, el silencioso. El que evoluciona conmigo, el que comparte su mundo y me invita a compartir el mio. Pensar que eramos tan distintos y el paso de los años, nos hace tan cercanos. Hablamos parecido, indagamos los sentidos. Reflexiones del origen, el paso de los tiempos, los frustrados; las ganas de seguir; de inventar un destino. Hablar de presente. Sinceros. Hablar pasando los treinta, sabiendo que tuvimos quince compartiendo desengaños y pobrezas. Fuimos andando, reencontrando caminos.
Y estas charlas ya no piden silencios.
Estas charlas son.
Andan naturales, colgadas del pasamanos; entre frenadas, desequilibrios del malabarista; de las gambetas a la vida. Vamos tranquilos, acompañando los temores; envejeciendo divertidos.
Gracias por tanto.
El mejor abrazo, es el que te escribo.

Duermo en sueños vividos.

Cuando soñaba con el amor, conocernos era la mejor fantasía.
Me llevaba tu risa a modo de recuerdo.
Y todo cobraba sentido en dos palabras perdidas dichas al oído.
Estaba esa conexión, ese latido sereno e intenso.
Eramos dos sonriendo en exceso.
Mirarnos de reojo, perdernos sin sentido.

Soñaba este momento.